Menorca running (III): Camí de Cavalls – Senda litoral desde Cala Galdana a Cala Escorxada y vuelta



Menorca, tercera y última de las tres rutas running por el Camí de Cavalls. Esta, más concretamente, por una variante, la senda litoral que va más pegada a la costa. Entre Cala Galdana y Cala Escorxada. Ruta más complicada que las anteriores por sus constantes desniveles y por el terreno difícil algunas veces para correr, pero increíble por las vistas y la naturaleza que atraviesa.




5 de julio de 2016

En este tercer día en la isla seguimos explorando su belleza por el Camí de Cavalls. Esta vez también salimos desde Cala Galdana, donde teníamos el alojamiento, pero en dirección contraria a la primera ruta. Da igual, vayas hacia el este o hacia el oeste, la hermosura de la isla es impresionante.

La ruta que queremos hacer coincide con el tramo 14 del Camí de Cavalls, pero decidimos desviarnos del Camí, propiamente dicho, para seguir una senda, muy bien señalizada, que va también hacia el destino, Cala Escorxada, pero mucho más pegadita a la costa, ya que este tramo del Camí es de los que van más por el interior.

La ruta

Recorrido circular, empezamos en la parte alta de Cala Galdana, en el inicio del tramo 14 del Camí de Cavalls y seguimos por este hasta la Cala Mitjana. Desde aquí ya tomamos la senda litoral por la que cruzamos el bosque hasta salir a Cala Trebalúger. Seguimos por la senda costeando hasta Cala Fustam y después un tramo más hasta nuestro destino en Cala Escorxada a menos de 6 km. de la salida, que son los mismo que nos quedarán para regresar. El camino tanto principal (Camín de Cavalls) como la senda litoral están bien señalizados. Terreno a veces difícil para correr, a veces pista. Vistas y calas increíbles.



Puedes navegar o descargarte los tracks de wikiloc en el siguiente enlace --> aqui

Vamos

Llevábamos 2 días seguidos ya de running menorquín por las mañanas y de turismo activo por la tarde, vamos que las piernas no estaban ya muy frescas. El recorrido por esta senda tampoco es el mejor de los terrenos para correr, bastantes desniveles y terrenos, en ocasiones, que hay que pasar con precaución, aunque también hay tramos fácilmente “corribles”. Pero dadas las circunstancias, hicimos la mayor parte del recorrido caminando en vez de corriendo.

Partimos del parking situado en una urbanización de la parte alta de Cala Galdana. Hay indicaciones del inicio del tramo 14 del Camí de Cavalls.

Seguimos el Camí cruzando un bosque, principalmente de pino, aunque también encontramos otras muchas especies. Bajada casi todo el rato y banda sonora permanente del cántico de los pajarillos, hasta visualizar en apenas un kilómetro la primera de las calas paradisiacas por las que vamos a pasar, Cala Mitjana.







A esta hora, la playa está bastante despejada de bañistas, apenas un grupo de chavales que parece han hecho noche aquí.

En este punto nos surgen dudas sobre por donde continuar ya que hay varios caminos que llegan desde diferentes aparcamientos hasta esta cala. Probamos varias opciones, pero ninguna es la que buscamos. Nosotros queremos seguir por la senda litoral, costeando. Por fin la descubrimos pegada al otro extremo de la playa, subiendo algunos “escalones” naturales.

La senda está marcada con poster de madera con flechas de dos puntas.





Desde aquí volvemos a atravesar bosque para, sobre el kilómetro 3, llegar a una nueva cala, Cala Trebalúger, algo más pequeña pero más poblada de barcos, algunos de tamaño considerable. Concretamente, vemos uno de color negro impresionante por la tecnología que exhibe y por el número de personal de servicio que se distingue a bordo. Por supuesto, como la mayoría de los que se ven, con bandera de paraíso fiscal que pagar impuestos es cosa de pobres.









La playa está al final de un barranco, el de Trebalúger, por donde baja un riachuelo del mismo nombre que tenemos que atravesar por una zona más bien de fango. La playa parece que al menos es rica en berberechos.



Cruzamos el arenal y seguimos costeando dejando atrás playa y barcos.





Seguimos cruzando arboleda pero pronto la senda sale del bosque para volverse más árida y pegada al mar.








Tras poco más de un kilómetro de costear divisamos una nueva calita, Cala Fustem. De nuevo una pequeña cala en un entrante del mar rodeada de verde por todas partes y con un agua transparente, calma, limpia que forman una estampa de postal.




Bajamos, cruzamos el arenal y doblamos la última punta antes de llegar a nuestro destino final, Cala Escorxada.






Esta cala es otra más de las increíbles calas menorquinas de arena blanca y agua turquesa enclavaba en medio de la naturaleza sin ningún resquicio de urbanización alrededor.
No se puede llegar en coche, los aparcamientos más cercanos obligan a los bañistas a hacer una buena caminata para llegar hasta aquí y, por supuesto, no hay ningún tipo de servicios, chiringuitos, socorrista, etc. Todo virgen, salvo alguna construcción de tipo defensivas a uno de los lados de la cala, supongo de otras épocas.






Llagados a este punto, es el momento de la relajación, quitarse la ropa, darse unos baños, descansar y tomar el sol durante un rato.


Observamos que no hay lugar por recóndito que sea donde no llegue el “business”. Si no es fácil llegar a esta cala a no ser que te des una buena camita y la opción del yate queda fuera de tu alcance hay una opción intermedia, el “Taximar” por unos cuantos euros, ni idea cuantos, te traen en lancha desde algún pueblo cercano.



Volvemos:


Entre los turistas que llegan andando, los barcos y los “Taximar” poco a poco va aumentando la “población” de la playa. Así que tras un buen rato de sol, agua y relax decidimos volver.

El camino de retorno es el mismo que el de ida pero en sentido contrario. Volvemos a pasar por los mismos lugares tratando de grabarlos en nuestra memoria.





De nuevo la pequeña Cala Fustem con sus barcos, bañistas, buceadores, ...






De nuevo la zona árida de costa, sus acantilados, sus cuevas su agua turquesa aunque el sol no está hoy muy brillante, su suelo no apto para ir descalzo.







De nuevo Playa de Trebalúger, sus aguas, sus barcos, su río, sus pinos.






De nuevo el bosque



Y de nuevo Cala Mitjana, aunque ahora ya superpoblada. Esta es la cala más cercana al “urbanismo” y por tanto la de más fácil acceso, por lo que además de ser una de las más bonitas también es una de las más concurridas.






Dejamos atrás Cala Mitjana para hacer el último kilómetro hasta el punto de inicio, este último tramo cruzándonos con bastantes personas con sus sombrillas, sus neveras, sus ganas de disfrutar. Pero para nosotros se acaba la ruta y las mini vacaciones.





Ay señor, jubílame pronto

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