Spartan Race Super Madrid 2016 como un espartano, en sandalias



28 de mayo de 2016

Era martes cuando me llegó una invitación para participar en la Spartan Race Super del Sábado. Tenía 4 días, no para entrenar, que ya de poco me iba a servir, sino para decidir si me lanzaba a intentar acabar una Spartan Race con sandalias, que es como habitualmente corro, y sin una preparación física específica. La mejor manera de disipar las dudas, era probar ¡AÚ, AÚ, AÚ!

Los previos, ganas e incertidumbre


Soy corredor habitual, la distancia de la SpartanRace Super no me preocupaba. Además soy minimalista (no uso zapatillas para correr) y eso sí me planteaba alguna duda, pero ¡Qué leches! Si los espartanos iban en sandalias ¿Por qué no iba a poder ir yo?

Pero la principal duda era mi preparación física. Además de correr, entreno karate. En los entrenamientos de karate se trabaja el tren superior y el “core” más que corriendo. También se suelen hacer fondos y abdominales al final de la clase, pero ¿Sería suficiente para superar los obstáculos? Nunca he hecho pesas ni trabajo de fuerza y la última vez que pasé un circuito de obstáculos fue con 20 años en la mili. Ahora tengo 50 y unos cuantos kilos más que entonces.

Estaba decidido, no iba a desaprovechar la oportunidad, me inscribí y el sábado a media mañana ya estaba por allí viviendo el ambiente y haciendo alguna fotillo aprovechando el sol que no hubo después durante mi tanda.


Bienvenidos a Esparta!!!
Bienvenidos a Esparta!!!

Había visto en otras ediciones que los participantes suelen llevar zapatillas viejas que luego directamente abandonan allí. Yo no pensaba abandonar mis sandalias pero sí elegí las más viejas, unas Enix V2 con las que ya había hecho algunos cientos de kilómetros entrenando por el campo y también las había usado en algún evento como los 100 km. de la Trailwalker 2015 o el Camino de Santiago Inglés (125 km. en dos días).


Mis Enix V2 antes de la prueba
Mis Enix V2 listas para entrar en acción

Como es habitual en estas pruebas, no se sabe con antelación el recorrido ni los obstáculos que va a haber. Solo sabía que el recorrido “Super” era de más de 12 kilómetros y que encontraríamos más de 21 obstáculos. Se sale por tandas cada cuarto de hora, así que observe como pasaban otros corredores los obstáculos de la parte final (ya había visto algún video en youtube) hasta que llegó la hora de mi tanda, las 13:45.


Primera parte: Seco


Ya es significativo que para posicionarte en la línea de salida hay que saltar un primer muro donde desde el otro lado algún “enemigo” empuja a la gente para impedir que salte, pero saltamos, y tras unos “curiosos” calentamientos y un poco de AC/DC, al grito de guerra:

- ¡ESPARTANOS!, ¿Cuál es vuestro oficio?
- ¡AÚ, AÚ, AÚ!

¡Pistoletazo de salida!

Los “300” echamos a correr bastante fuerte. Yo preferí ser conservador y me quedé por la zona de atrás.

Llegaron los primeros obstáculos: subir por una malla de cuerda y bajar por el otro lado, este fácil. Cruzar el río con el agua por las rodillas, bien, los pies igual que se mojan se secan con la ventaja de que al no llevar zapatillas, estas no se encharcan ni se empapan los calcetines. Primeros muros a saltar, cada vez más altos, puedo, un salto para agarrarse y subir a pulso, un rodilla pa’rriba María y ya está, las sandalias sin problemas. Algunos objetos a arrastrar con cadenas y otros a transportar en los hombros, bien, de momento no voy encontrando excesivas dificultades y voy superando todos los obstáculos.

Los primeros obstáculos, facilitos
Los primeros obstáculos, facilitos...

para calentar
...para calentar

Prueba diferente, de memoria: había que memorizar un código alfanumérico, distinto dependiendo del dorsal y recordarlo durante toda la carrera porque lo preguntarían en la última parte. Si no lo recordabas, como cualquier obstáculo que no superes, tienes que pagar 30 bupeers, que para los no iniciados, un bupper no es una moneda griega sino un ejercicio mezcla de flexión de brazos y salto.

Reptar por debajo de una alambrada. Me sorprendió lo largo que era el recorrido a hacer. Primero empecé rectando pero a mitad de camino comprobé que era más económico y rápido hacer la croqueta, aunque marea.

Seguimos adelante, el cielo amenazante, el terreno duro, muchas subidas y bajadas con bastante pendiente, muy duro y con suelo malo. Por contra, el entorno bastante bonito, entre carrascas, plena naturaleza. Prefiero seguir conservador, subir andando y guardar fuerzas y no agotarme por lo que pueda pasar, pero de momento las sensaciones son muy buenas.

Espartanos por el campo
Espartanos disfrutando del campo

Más espartanos con sol, mi tanda no tuvo tanta suerte...
Más espartanos con sol, mi tanda no tuvo tanta suerte...

Segunda parte: mojado


Sobre el kilómetro 5 empezó a llover, pero a llover de verdad, empezó suave, agradable, fresco, pero enseguida arreció. Llovía fuerte, vamos que las gotas dolían. No duró así muchos minutos, menos mal, pero lo suficiente para embarrar muchísimo todo el recorrido y hacer más resbaladizo el terreno y los obstáculos. Esta sí que iba a ser una prueba espartana de verdad.

Seguimos corriendo y pasando obstáculos, ahora más complicado sobre todo por lo resbaladizo que se volvió el suelo. En mi caso, mi enemigo más temido: ¡El barro! Porque la suela de las sandalias con mucho barro se queda adherida al suelo y al tirar fuerte del pie puede pasar que se salga de la suela el cordón que sujeta el pie, como así ocurrió.

Sabía que esto podía pasar, el barro es el peor enemigo de las sandalias y además yo me había puesto las más viejas, mis viejas compañeras las V2 para hacerlas una despedida honorable, una Spartan Race como Leonidas manda.

Con el cordón de la sandalia fuera tenía 2 opciones: o continuar la carrera descalzo o repararlo (la retirada no está incluida en el diccionario de un espartano). Así que, bajo la lluvia, me senté en una roca apartada del camino a sustituir el cordón por otro que había traído de repuesto con un nudo bien gordo, este no se salia, jajajaja, ¡Espartano precavido vale por dos! Mientras, los corredores iba pasando mirándome y preguntándose ¿qué hace ese tío ahí sentao? meditando? cagando?.

Tras la parada en boxes, seguimos adelante bajo la lluvia, más obstáculos… mojados: llevar un tronco a hombros arriba y abajo por un monte, más muros, uno inclinado, arrastrar un peso, llevar una cadena que, por las dimensiones, parecía del ancla de un trasatlántico arriba y debajo de otro monte. Aquí un chaval que iba delante de mí resbaló y se metió un buen piñazo, más abajo otros también, yo tuve mejor suerte pero el terreno estaba muy muy resbaladizo y algunos tramos tenían mucha pendiente, casi era más seguro bajar arrastrando el culo.




Nuevos obstáculos, tirar de una peso, pasar en equilibrio por unos troncos, uff, equilibrio yo… tanto en este como en otro que había de pasar por un especie de “cuerda floja” me tocó penalización, los únicos hasta ahora. Pasar tres paredes apoyado en bloques de madera sin tocar el suelo…


Paredes con tacos
Paredes con tacos

Avanzando, avanzando, en este tramo, ya sin llover, adelantando a otros corredores que iban andando llegamos a la parte final, el “circo”.

Tercera parte: “el circo”


Tras pasar un monte, ya llevaríamos más de 10 kilómetros, empieza una bajada desde donde ya se intuye, se siente, se oye la llegada a la parte final, lo que yo llamo el “circo” por su similitud a un circo romano donde están concentradas las últimas pruebas, las más espectaculares.

Llegados a este punto, ya sabía que quedaba poco. Ya nada me podía dejar en el camino, por muy complicados que fueran los obstáculos, me quedaban fuerzas para “pagar” la penalización correspondiente en bupeers, ya estaba ahí… ¡Oh, sorpresa! La prueba de memoria, ¿me acordaba del código? Sííííí: XRAY 099 2898, pues hala, 30 bupeers menos.

La primera prueba de entrada al circo era trepar por una cuerda. Recordaba la técnica de enroscar la cuerda alrededor de una pierna y pisar con el otro pie, la había refrescado viendo un vídeo, pero no la había practicado desde la mili, era el momento de la verdad y… efectivamente, seguía funcionando. Poco a poco fui subiendo hasta tocar la campana varias veces con ganas!! Jajaja. Oía a los de abajo decir “mira el de las chanclas” jajajaja. Como durante toda la carrera, yo era el de las “chanclas”, ¡Qué no son chanclas, que son sandalias!!!

Pasé algún obstáculo más de trepar. Lanzar la jabalina, joer esto sí que no lo había hecho nunca, cuando hice la mili ya había fusiles. Hice un lanzamiento bueno, pero flojo y como solo permitían un intento, penalización, me cagüen… la siguiente no me fue mejor, las Monkey Bars una barras de las que tienes que ir pasando colgado de una a otra tampoco lo superé, nueva penalización, pero bueno ya no habría más, solo quedaba pasar por encima del puente de malla de cuerda, trepar otro muro, reptar (o hacer la croqueta) nuevamente por el barro, subir un plano inclinado mojado agarrándose a una cuerda y saltar el fuego para llegar a la meta.

este no lo pasé
este no lo pasé

El resto sí
El resto sí

Otro muro
Otro muro (peor es el del maratón)

Otra alambrada
Otra alambrada

Montículo, cuando yo pasé bastante más embarrado y escurridizo
Montículo, cuando yo pasé bastante más embarrado y escurridizo
heme aquí
heme aquí

piscina
piscina

otra vez rectar, la última
otra vez reptar, la última

Subir otro muro escurridizo con cuerda
Subir otro muro escurridizo con cuerda

Y la última, el salto hacía la meta
Y la última, el salto hacía la meta


Reto conseguido, ¡Era finisher de la SpartanRace Super con mis sandalias y mis michelines!!.
Uff, que relajación me entró. Normalmente a las carreras “ordinarias”, incluso a los maratones, voy con la incógnita de conseguir o no objetivos, normalmente de tiempo, pero hacía mucho tiempo que no iba a una carrera con la incertidumbre de saber si sería capaz de terminarla o no, pero sí, ¡Lo había conseguido!

El menda después de terminar
El menda después de terminar


Resaca


Pues sí, era posible y lo más importante, había disfrutado y me había divertido mucho durante la carrera.

El entorno era fantástico, duro pero muy bonito. Sendas monte arriba y abajo, arboleda, carrascas, cruzar dos veces el río, en fin, ¡¡Naturaleza!!.

El ambiente muy bueno, camaradería entre los participantes, la gente se ayuda unos a otros en los obstáculos complicados (está permitido).

La organización bastante bien, los voluntarios muy atentos, los avituallamientos adecuados, el servicio de guardarropa, en mi caso, sin problemas ni esperas. Por poner alguna pega, he de decir, que ignorante de mi pregunté por las ducha y me indicaron como llegar a una zona en la que había decenas de mangueras y hasta algunas karcher de agua a presión donde la peña se ponía en pelota “picá” y se quitaba el barro.
Después de la lluvia, el río, hacer la croqueta en el barro, etc. etc. hasta me pareció que el agua de la manguera salia caliente.


Zona de spa
Zona de Spa

Dada la estrategia de ser muy conservador en el ritmo por lo que pudiera o pudiese pasar, termine bastante bien físicamente. Al estar acostumbrado a correr distancias más largas la distancia no era el principal obstáculo.

Lo que no estoy acostumbrado es a subir cuerdas, saltar muros, reptar o arrastrar peso, pero los pasé todos excepto los dos de equilibrio, la jabalina y el Monkey bars. Aunque el día de la carrera no tuve ningún “síntoma” negativo, al día siguiente sí que tenía agujetas en tríceps, hombros, abdominales, espalda, culo, etc. etc.

En resumen: Experiencia muy positiva y divertida de la que saco dos conclusiones sobre los miedos previos a la carrera:


  • Respecto a correr con calzado minimalista: Absoluta normalidad, las mismas grandes ventajas y pequeños inconvenientes que puedes encontrar en cualquier carrera trail. Ninguna dificultad específica tampoco para pasar obstáculos con sandalias sino todo lo contrario, protección necesaria de la suela y flexibilidad absoluta para poner el pie donde y en la forma que hiciera falta (Lógicamente correr con calzado minimalista no es coser y cantar, requiere su técnica y periodo de adaptación). Tampoco soy el primero que lo hace, ya encontré la crónica y recibí algún consejo virtual antes de la carrera de Almudena Lara (http://www.entrenamientonatural.com/luna-sandals-almudena-lara-in-spartan-race/). No tengo ninguna duda que de volver a correr, volvería a usar otra vez mis sandalias.
  • Respecto a los obstáculos en sí: Antes de la carrera tenía la idea de que era cuestión de fuerza, pero tras la experiencia me parece que no. Es evidente que es mejor estar fuerte, si estás fuerte la vas a hacer más rápido y mejor, pero por encima de la fuerza creo que esta es una carrera de resistencia, dosificar el esfuerzo, técnica y habilidad. Eso sí, si la volviera a hacer, esta vez sí que dedicaría un tiempo a entrenamiento específico de obstáculos.

Aunque el tiempo era lo de menos, resultado final: 2:30:25, el doble de tiempo que el espartano que ganó. Posición 1.383 de 3.272 en la general y posición 23 en mi categoría: Macho entre 48 a 52 años.


Mis Enix después de pasar por la ducha
Mis Enix después de pasar por la ducha


Ay señor, jubílame pronto!

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4 comentarios:

  1. Ese tipo de prueba es una de las pocas que me falta por hacer y aunque parecen divertidas tienen su puntico de dureza no? Un saludico,

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    1. Sí, tiene su punto de dureza en la parte que tenemos menos trabajada los corredores, el tren superior. Si te vas a animar, entrena los obstáculos, hay que tener algo de fuerza, pero más cabeza para usar, por ejemplo, los músculos grandes (la espalda, las piernas) para levantar pesos en vez de los brazos y cosas así, técnica para subir la cuerda en vez de a pulso, etc. en fin. Animo Paco!!

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  2. Enhorabuena Fermín, vaya retazo te has pegado. Muy entretenido desde luego. ¿qué opinas sobre hacer descalzo algo así?

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    1. Gracias Emilio!!
      Como digo en el post, respecto a los pies (correr con sandalias o descalzo) en lo que es el terreno que pisas vas a encontrar las mismas características que cualquier carrera trail, depende lo adaptado que estés se te hará más o menos dura. En cuanto a los obstáculos, no encontré ningún problema al ir con sandalias ni creo que lo encuentres tú al ir descalzo, en la mayor parte de los obstáculos no intervienen los pies (levantar o arrastrar pesos, etc.) y en otros como los de equilibrio, escalada, etc. creo que es una ventaja no ir con una zapatilla rígida en el pie, mucho mejor la flexibilidad de una sandalia o nada. Respecto a muros de madera, etc. están bastante lisos, no hay astillas ni similares que pudieras clavarte en el pie (o en las manos). Si te animas, suerte!!

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