Sevilla 2013 - Crónica de un maratón anunciado


Maratón de Sevilla 2013. Experiencia y motivaciones de un corredor tardío que se puso como reto acabar un maratón antes de los 50. Terminar tu primer maratón disfrutando es posible.


Sevilla, 24 de febrero de 2013.

Algunos dicen que mejor aún que hacerlo es contarlo, pues aquí van las andanzas en mi primer maratón:


El reto:


Hace poco más de un año me planteé el reto de acabar un maratón antes de cumplir los 50, sin andar y sin tomar ningún tipo de sustancia sintética. Tengo 47 años y en el pasado Maratón de Sevilla, conseguí mi objetivo: recorrí, o corrí, los 42,195 metros en 4 horas, 26 minutos y 3 segundos. Más importante para mí que la marca fue eso, ¡¡Terminar!!, además disfruté de la carrera durante sus 42 km. y no he tenido ninguna secuela posterior mas allá de alguna agujeta al día siguiente lunes, lo cual no me impidió asistir a mi clase de karate (mi otro deporte) el mismo martes...


Emociones:


Mis emociones han pasado por diferentes estados desde el día que tomé la decisión en firme de correr un maratón (la inscripción).

Durante las primeras semanas de entrenamiento hubo muchas dudas, inseguridades, miedos que se fueron transformando en confianza en las semanas finales... aunque los miedos no desaparecieron.

Durante la carrera, de todo: nerviosismo antes de la salida, tranquilidad en la primera mitad, incredulidad del km. 20 al 30 al no auto-detectarme ningún síntoma negativo que me hiciera dudar, euforia del 30 hasta el final por verme fuerte y sentir cada vez más cerca la meta y, al entrar al estadio olímpico y cruzar la meta, satisfacción.

Después de la carrera mis emociones también han pasado por diferentes momentos: alegría, emoción tras pasar por meta, compartida con mi mujer que me acompañó desde el km 30. En los días después un poco de desilusión, viendo vídeos, comentarios en revistas, redes sociales, etc. parece que solo son maratonianos los que han llegado destrozados. No es mi caso, yo he llegado bien y sigo bien ¿No soy maratoniano?, ¿No me he esforzado lo suficiente?, ¿Soy un superhombre?. Tras reflexionar vuelvo a sentirme satisfecho, sí soy maratoniano aunque haya disfrutado en vez de sufrir. No soy ningún superhombre (eso lo tengo claro), como decía Miguel Rios: "yo sólo soy un hombre". Simplemente creo que he acertado con la preparación y la estrategia durante la carrera. 

He terminado mi primer maratón, como era mi objetivo, sin ninguna secuela, y si lo puedo hacer yo, lo puede hacer cualquiera que se lo proponga.

Antecedentes:


Empecé a correr hará unos 6 años, con los 40 ya cumplidos. Una noche al salir del trabajo me sentía bastante mal, mareado, nervioso. Al día siguiente fui al médico, me diagnosticó hipertensión, sobrepeso, en fin, todos los males de la vida sedentaria. Me recomendó dieta sana y ejercicio físico, cosas que no venía haciendo en esa época. 

De joven en la veintena sí que había hecho bastante deporte, principalmente karate y bici, pero en la treintena, la amplia jornada laborar y cambios en la vida: matrimonio, hijas,… habían hecho que prácticamente abandonara el deporte. Con mis kilos y tan poco tiempo libre, no veía muy claro que deporte practicar. 

Decidí empezar a correr los domingos y probar. Cada domingo salía a correr, sin ningún plan, simplemente lo que el cuerpo aguantará, intentando cada domingo superar lo hecho el anterior, aunque solo fuera en 1 minuto más, así continué hasta que en unos cuantos meses llegue a aguantar una hora seguida. A partir de ahí intenté correr la mayor distancia posible en esa hora semanal, más velocidad. En aquella época jamás me hubiera imaginado que un día sería capaz de terminar un maratón, ¡¡ni medio!!.

La preparación:


Los entrenamientos para afrontar el maratón los inicié extraoficialmente en el verano, aprovechando las vacaciones, corría casi un día sí y otro no. Con anterioridad solía correr un día a la semana, dos cuando he preparado medias maratones, y eso sí, a mis dos clases semanales de karate intento no faltar, deporte al que me reenganché harán unos 3 o 4 años. 

Como decía, ya en el verano empecé a entrenar con la idea del maratón, aunque sin un plan concreto, simplemente acumulando kilómetros. En principio tenía la idea de inscribirme en el de Valencia en noviembre de 2012, pero según se iba acercando la fecha me daba cuenta que no estaba preparado para abordar un maratón con garantías y que necesitaba poner orden y criterio a los entrenamientos.

Así empecé la labor de investigación, revisando diferentes planes publicados en revistas especializadas, Internet, etc. y elaboré mi propio plan de 16 semanas adaptándolo a mis posibilidades físicas y disponibilidad de tiempo.

Cuando llevaba dos semanas de plan descubrí en Youtube un vídeo que me pareció muy interesante: “Como preparar la maratón” del entrenador José Garay 
http://www.youtube.com/watch?v=Di6AmNDWRUs , en él se hacía bastante hincapié en que para terminar un maratón es fundamental, mas que correr rápido, acostumbrar a tu cuerpo a correr manteniendo las pulsaciones bajas, tirando de grasas. Hay que entrenar “extensivos”, rodajes a ritmos bajos, por debajo del previsto para el maratón y respetar los descansos. Como creí en ello:  ¡¡Reestructuración del plan!!.

Pero este no fue el último cambio, decidí compartir, a tiempo, mi plan de entrenamiento con un par de amigos mucho mas duchos que yo en el running y en el deporte en general, mis amigos Juanma y Tomás (¡Gracias!). Ambos coincidieron en que tenía planificados unos rodajes largos demasiados largos, no me recomendaron hacer rodajes de más de dos horas (con alguna excepción de prueba para coger confianza), pero claro si haces caso a muchos de los planes que se publican hay tiradas de 26, 28, 32 km, y esas distancias a un ritmo como el mío no se hacen en menos de 3 horas, así que, ¡¡nueva reestructuración!!.

En Resumidas cuentas, mas salidas a ritmo lento (extensivos), menos rodajes largos, tan largos y respetar descansos. Me salió un plan (ahora ya diario) de 700 km. en 16 semanas, incluido el propio maratón, este:



Alimentación:


Este es otro tema que estuve probando previamente al maratón. No soy amigo de ningún suplemento artificial, sean legales o no, por lo que descartando cualquier tipo de geles, barritas, ampollas, etc. me quedaba recurrir a la vieja escuela, es decir, lo que han tomado los deportistas toda la vida: plátano, turrón, cortaditos de cidra, membrillo, pasas, etc.

Normalmente, siempre salgo a correr temprano y en ayunas, incluso en los rodajes largos, pero siendo consciente de que un maratón es otra cosa, también entrené tanto el desayunar un par de horas antes (yogur, nueces, cereales, fruta deshidratada y miel), como el tomar alimentos durante los rodajes largos. Probé con plátano y membrillo y ambos me fueron bien (al menos no me fueron mal). Y por supuesto, la semana del maratón, sobre todo carbohidratos: patata cocida, pasta, arroz, etc.(esto fue lo que mas me gustó del plan).

La carrera, salida:


Así, sin darme cuenta, llegó un día en el que me vi subido en el AVE, con la familia, camino de Sevilla y al rato recogiendo el dorsal.


Feria del corredor, con mis hijas

El domingo 24 de febrero de 2013 a las 9 de la mañana, allí estaba yo, en la línea de salida. Bueno esto es un decir, porque yo estaba situado en la parte final, en el grupo de los lentos, los que no tienen marca acreditada inferior a 4 horas. Según los carteles, en este grupo deberían estar de los dorsales 2.601 y el 7.150, o sea, mas de 4.500 corredores, pero dudo que hubiera más de 1.000, el resto estaban todos por delante, con lo cual salí en las últimas posiciones.

Puesto que tenía claro que si quería acabar debía llevar un ritmo lento, que me permitiera mantenerme al menos la mitad de la carrera por debajo del 80% de máximo de pulsaciones, a unos 6:30 min./km, muchos de los corredores que tenía por detrás me fueron pasando. Cuando miraba para atrás veía muy pocos corredores y el autobús de cola.

Primer acto:


Los primeros 10 km fueron tranquilos, decidí ocultar las pulsaciones en el reloj para no verlas, por si eran altas y así evitar ponerme nervioso y que me subieran aún mas, aunque si fui continuamente mirando el reloj para no pasarme del ritmo previsto, los corredores me iban pasando y yo me quedaba cada vez mas atrás, pero sabía que tenía que hacer mi propia carrera si quería llegar al final, así que, mirando el reloj y frenando cuando me aceleraba, oyendo la música seleccionada, clásica para este primer tramo (Wagner, Rossini,..), descubriendo los detalles de las calles de Sevilla, sus rincones más cotidianos por el barrio de Triana y los más emblemáticos: Torre del Oro, La Maestranza, donde no tuve mas remedio que hacer una parada “técnica” (me meaba) entre unos matorrales muy discretos del parque frente al Guadalquivir, no fui el único, el parque estaba bastante concurrido de corredores en la misma suerte que yo (¡Perdón Sevilla!).

Al incorporarme a la carrera me quedé sorprendido, justo un poco delante de mi iba corriendo un chico ¡¡En chanclas!!, no sabía si era un espontáneo o realmente estaba haciendo el maratón, pero tras unos kilómetros en los que el tío iba manteniendo el ritmo (6’30 min/km), sentí un poco de vergüenza de ir al mismo ritmo con mis flamantes zapatillas de 130 euros y pegué un pequeño tirón, aunque iba en contra de los planes previstos, ¡¡El tío me robaba plano, todas las fotos se las hacían a él!!.

Volviendo al ritmo previsto un poco mas adelanté pasé, sin pena ni gloría por el km. 10 en 1:08:54, neto 1:05:58, a un ritmo medio de 6’36 min/km. Avituallamiento, vasito de agua, vasito de Aquarius, como hice en todos los avituallamientos que había, uno cada cinco km. Chequeo mental: todo bien, ninguna molestia, ningún problema de “fuelle”, ¡¡vamos a por la siguiente parte!!.

Segundo acto:


La siguiente parte, del km. 10 hasta la media maratón (km. 21) fue quizás la parte mas aburrida de la carrera, escuchando ya clásicos pero del rock (Deep Purple, Led Zeppelin, Rolling Stones, ZZTop,..) para que no decayera el ánimo, aguantando el ritmo, con el radar conectado por si sentía alguna molestia o bajón, pero nada sustancial, empecé a notar cansancio pero controlado, supongo que había un tramo en ligera subida aunque todo el recorrido es prácticamente plano. Sentía que me quedaba fuelle para rato, notaba alguna molestia en el aductor del muslo derecho pero también sabía que esas molestias ya la había tenido durante toda la preparación y no me habían impedido correr, o sea, que nada alarmante.

Mucho más alarmante era el estado de una señora bastante mayor, calculo que entre los 60 y 70 años, que pasé e iba prácticamente andando, torcida hacía un lado, respiración muy fuerte. Cómo sería que la gente mas que animarla a seguir la decían “¡¡Señora, párese!!”, pero ella seguía, no se si conseguiría su objetivo, fuera cual fuera.

Este tramo fue en el que menos espectadores había y, salvo la Macarena y su Muralla, tampoco se pasaba por grandes monumentos, así que se tenía que fijar uno en los paisajes urbanos más corrientes, descubriendo los detalles más cotidianos y llamativos, como una Cervecería/Frutería sin gluten, para mi amigo Javier, y empezar a comer ya algo. Un trozo de membrillo de la alforja para el niño en el km. 15. Así, sin novedad, llegamos a la mitad del camino, paso por la media maratón en 2:20:53, neto 2:17:57, ritmo medio en este tramo 6’29 min/km.

Tercer acto:

La tercera parte de la aventura, del km. 21 al 30, iba desde la Media Maratón al campo del Betis. Una vez pasado por la marca del medio maratón, nuevo chequeo interno: todo bien, ningún síntoma negativo, solo las molestias habituales en el aductor. Las pulsaciones se mantienen rondando el 80%. Avituallamiento, como siempre, vaso de Aquarius, vaso de Agua y en este caso también plátano. A partir del km 15 ya a comer y beber en todos los avituallamientos (creo que debo ser el único maratoniano que voy a coger peso en la carrera, además de los kilos que ya había cogido en la preparación), pero las fuerzas ni se crean ni se destruyen, se ingieren.

Bien, llegado a este punto en buenas condiciones, según mi planteamiento debía empezar a apretar un poco, solo un poco, bajar de 6’30 min/km a 6’20 - 6’10. Puede parecer poco, pero sacarle 10-20 segundos a cada kilómetro supone un esfuerzo importante con 20 km ya en las piernas. En la parte ya recorrida había ido prácticamente frenándome así que no debería costarme mucho, y así fue, aceleré un poco y comprobé satisfecho que no me costaba mantener el nuevo ritmo y  las pulsaciones… preferí no mirarlas.

Este tramo tampoco tenía gran atractivo turístico, salvo los dos campos de fútbol sevillanos, que algunos pasaban con los ojos tapaos (supongo que los del otro equipo, ¡¡Cómo zon los zevillanos!!), así que escuchando ya rock de los 80/90 (AC/DC, Bon Jovi, Gun’s’Roses,…) y más centrado en la técnica de carrera, intentando poner en práctica los consejos del libro “El Correr Chi” para economizar esfuerzos: postura, inclinación, respiración, pisada, relax,… y lo que empecé a notar es que iba pasando ya algunos corredores. Durante los primeros 10 km. me había pasado y repasado a mi, durante los siguientes 10 más o menos iba en una posición constante, ni me pasaban ni pasaba yo, y ahora ¡¡empezaba a pasar corredores!!, no solo es que yo hubiera subido un poquito el ritmo, es que se veían ya caras de cansancio y gente que empezaba a bajar de ritmo (algunos andando ya). 

Kilómetro 30.

Así llegué al km. 30, tres asaltos de cuatro ya estaban ganados, ¡¡comenzaba lo desconocido!!, jamás en mi vida había corrido más de 30 km.

Poco antes de llegar al km. 30 ya a lo lejos vi a mi afición: mis hijas, mis amigos sevillanos Javier,  Marilú y sus hijas María y Clara y como no, mi mujer, calentando para acompañarme hasta el final y tirar de mi, ¡¡Si hacía falta de los pelos!!.  La imagen de salir de la curva y ver a mis hijas gritando, mis amigos aplaudiendo, animando, haciéndome fotos, mi mujer trotando, creo que es uno de los recuerdos mas bonitos de todo el maratón, se me ha quedado grabado. No miré las pulsaciones, pero supongo que se me pusieron a ¡¡1000!! y la sonrisa de oreja a oreja, ahí fue cuando entendí que ya nadie me iba a parar hasta el final.

Paso por el km. 30 en 3:16:18, neto 3:13:22, ritmo medio del tramo 6’13 min/km, mejorando.
con mi liebre


Cuarto acto: Kilometro 30 al 42,195.


Una vez dejado atrás a la afición, aunque ya con la sonrisa permanente hasta el final y la compañía de mi mujer, de nuevo repaso de sensores: ninguna molestia fuerte, cansancio sí pero aceptable, pulsaciones entre 80 - 90%. Avituallamiento, esta vez un puñado de pasas, que aunque no me gustan, me supieron a maná; agua, Aquarius y pa’lante.

Cambio de ritmo musical, ahora para el tramo final rock ibérico (Miguel Ríos, MClan, Leño, Fito,…) solo por un oído para escuchar por el otro a mi “personal coacher” e igualmente cambio de ritmo atlético. 

Me sentí bien, me sentí fuerte, así que decidí apretar, si me veía mal, ya tendría tiempo de bajar, pero no fue el caso. Intenté ir a un ritmo de 6’00 min/km pero la realidad es que fuimos mas fuerte, cada vez que miraba el reloj veía 5’ y mucho, la mayor parte de las veces por debajo de 6. Esta última parte de la carrera fue la mejor, me encontraba cansado pero con reserva de fuerzas para terminar aguantando el ritmo. Según iban pasado los kilómetros, aunque alguno se me hizo largo, veía que cada vez estaba más cerca del final y esto me animaba mas.

Este último tramo pasaba por el Parque de María Luisa, Plaza España, todo el casco histórico de Sevilla, la Catedral, La Giralda, Alameda de Hércules,.. Estaba muy concurrido de gente, todos animando, algunos te animaban incluso por tu propio nombre (lo leían del dorsal). Tengo que reconocer que animaban bastante más a mi mujer que a mí. Si en el tramo anterior había pasado a bastantes corredores, este tramo fue un “sin parar” de pasar corredores, nosotros llevábamos un ritmo bueno, según los tramos entre 5’40 y 6’ pero se veía a la gente que ya no podía (al menos los que nosotros pasamos, los más de 5.000 corredores que llegaron antes que yo, a esos no les vi), caras de sufrimiento, algunos andando, un par de ellos en el suelo atendidos por los equipos médicos,…

Llegar al puente de La Barqueta y entrar en el parque del Alamillo fui para mí la confirmación de que lo iba a conseguir, ya iba bastante cansado y de hecho este último tramo no podía seguir el ritmo que traía y empecé a hacer ritmos ligeramente por encima de 6 min/km. pero ya estaba ahí, ¡¡solo quedaba la puntilla!!.

La última parte por el parque fue un poco caótica, entre la gente que iba paseando, en bici, en patines.... último avituallamiento, km 40 y al salir del parque, ¡¡El Estadio Olímpico!!, dije ¡¡No queda na!! Pero que va, menuda vuelta había que dar todavía para llegar a la entrada del estadio, se me hizo larguiiiiiisima.

La entrada al estadio olímpico por el túnel y la salida a la pista fue increíble, tengo que reconocer que me emocioné, me sentía como flotando, en paz conmigo mismo, realizado, satisfecho, capaz, agradecido, acompañado, bien!. La vuelta por la pista del estadio y entrada en meta fue lo que mas rápido se me pasó de la carrera, aún mi mujer dio un último sprint para llegar antes que yo y hacerme la foto entrando en meta en 4:28:59, tiempo neto 4:26:03, este último tramo a un ritmo medio de 5'58 min/km.

Se había acabado el maratón, no solo las casi 4 horas y media de carrera sino los mas de 4 meses de ilusión.


Llegada a meta

La ruta en wikiloc: aqui



Apostilla:

Este maratón ha sido el primero, seguramente no sea el último, pero no creo que haya otro tan intenso. 

Para mí la carrera en sí solo ha sido el final de la experiencia, la guinda del pastel. El maratón ha sido mucho más, cuatro meses, o incluso mas, de pensar y disfrutar haciendo un plan de entrenamiento, salir a correr 2, 3 ó 4 días a la semana con un objetivo concreto, con una motivación, compartir las ilusiones con muchas personas (aún siendo a veces cansino) pensar en cada detalle: ropa, alimentación, viaje, sintonía de cada kilómetro (aquí está accesible la lista de canciones para quién las quiera escuchar  http://grooveshark.com/#!/fermin.ffaviles/playlists),… 

Ahora siento un poco de pena, vacío,  todo esto ha terminado, aunque no creo que tarde mucho en buscar un nuevo objetivo deportivo, alguno ya tengo en mente aunque no relacionado con el running sino con mi otro deporte. De momento, mi objetivo con el running es seguir disfrutando de él, no hay nada que me resulte más placentero que llegar a un nuevo lugar, madrugar y correr por sus calles (o sus campos), descubriendo sus rincones, sus detalles en cada zancada. Y seguir corriendo, alcanzando nuevos objetivos, enseñando a mis hijas, con el ejemplo, los valores del deporte y la superación personal.

Si quieres, puedes ¡¡Nos vemos en la próxima!!

2 comentarios:

  1. Muy bien Fermín, ¡enhorabuena!
    Compruebo en mis propias carnes que no es fácil dejar comentarios. Pensé que ya había quedado registrado uno que puse ayer, pero no lo veo hoy, en fin.

    He disfrutado mucho de tu narración de todo el proceso, incluso sabiendo que culminaría con éxito, ha sido emocionante ir siguiendo cada tramo según lo cuentas, de verdad.

    A por el siguiente reto. Si es del "otro deporte" y puedo ayudar, ya sabes que puedes contar conmigo, con mucho gusto.

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  2. Emocionante relato amigo. Una inspiración para mi primer maraton. Y como dices al final, Nos vemos en la próxima! por las calles de Madrid el 27 de Abril de 2014.

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