Una de mis rutas preferidas para correr por Ferrol, desde la playa de Cariño, San Cristobal, por el monte a San Felipe para volver por el camino paralelo a la ría hasta el origen. Combina lo mejor, monte y mar.
14 de julio de 2013
Hace unos años ya que vengo cada verano a Galicia, concretamente a Cariño en el concello de Ferrol. No el gran Cariño (4.500 habitantes) de Ortigueira, sino el pequeño Cariño (15 habitantes) de la parroquia de Doniños. Ese valle verde por todos los costados: eucaliptos, castaños, tojo,… que desemboca al mar en la pequeña playa de Cariño, en otros tiempos amurallada. A un lado la entrada a la ría de Ferrol, al otro lado, antes la costa salvaje, desafortunadamente desde hace unos años el puerto exterior; en frente: Coruña...
Cartel aclaratorio |
Tomando pues como punto de partida la playa de Cariño, muchos
son los recorridos que se pueden disfrutar por aquí. El entorno es inmejorable:
mar y monte. Las condiciones también: temperatura suave (a veces demasiado para
mi gusto manchego), a nivel del mar, fuerte olor a eucalipto que te inunda los
pulmones… La orografía ya es otra cosa; por aquí llano, llano, lo que se dice
llano… algo se encuentra pero lo que también hay son buenas cuestas, que por
buscar los positivo, son ideales para fortalecer las piernas.
El recorrido de hoy es relativamente suave para lo que es la
zona, aunque hay algunas rampas durillas. Son unos 10 km. y medio en total. Empezando
y terminando en el mismo punto, la playa de Cariño. El punto de retorno es la
Cetárea de San Felipe. Este circuito me encanta: la ida por arriba del monte,
bajar “las siete revueltas” hasta la cetárea de San Felipe y la vuelta por un
camino de tierra que va paralelo a la ría. Se pueden hacer otros recorridos
alternativos, por ejemplo, ir por la carretera hasta San Felipe, o la vuelta, o
cualquiera de las posibles combinaciones de Carretera, camino del monte y
camino de la ría. He probado varias y la que relato a continuación es mi preferida.
La ruta en wikiloc --> aqui
La ruta en wikiloc --> aqui
Carretera de ida –> De Cariño a San Cristóbal
El primer tramo de la ruta, unos 2 km. y medio, empieza subiendo
desde la playa por la carretera que va a San Felipe. Este primer tramo es entero
por carretera, pero está prácticamente desierta. En todo el trayecto te puedes
cruzar uno o dos coches. En fin de semana y temprano, ninguno.
Rampa de salida. Si ya te has hecho caquita, hay un wc (azul a la izquierda) |
Tras la primera rampa de subida, la carretera va costeando
siguiendo la ría. Hay un par de casas al inicio, poco más adelante una
piscifactoría de rodaballo abandonada. “Abandonada” no es una especie de
rodaballo, lo que quiero decir que ya no tiene actividad ;o), vamos que ha cerrado, y poca construcción
mas hay, el resto… eucalipto, tojo y vistas a la ría.
Rocas, hoy está calmo el mar |
A algo mas de un kilómetro, nos encontramos con las ruinas del Castillo de San Cristobal. A lo largo de toda la ría hay pequeñas defensas militares construidas para proteger la entrada de la ría al puerto de Ferrol, antiguamente lugar estratégico que era atacado por ingleses, piratas,….
Restos del castillo de san Cristobal y bateas detrás |
En la carretera hay un mirador y también se puede bajar a la
fortificación y meterse por dentro a curiosear. O dar una vuelta por las rocas,
en otros tiempos, algún percebillo se podía coger aquí.
De momento seguimos la carretera. En la vuelta, por el
camino, llegaremos a este punto y tocará subir los escalones…
Vamos por la derecha, volvemos por la izquierda |
Seguimos subiendo, la mayor parte de la ida es en subida,
unas veces suaves, otras veces más fuertes y en el km. 2 llegamos a la Ermita
de San Cristobal (San Cristóvo en galego) con cruceiro en el atrio. Según la
leyenda, es tal la paz y tranquilidad que hay aquí en medio de este bosque que
el santo bajaba hasta la playa y en una lancha de piedra cruzaba la ría hasta
la playa de Chanteiro, al otro lado de la ría, para hacer una visita a Nuestra
Señora de la Merced, cosas de santos...
Ermita y cruceiro de San Cristobal. La campana ya no está. |
Pasada la ermita, y su paz, seguimos por la carretera, el
paisaje por aquí sigue siendo el mismo, mayoritariamente bosque de eucalipto,
pero también queda algún rincón con sus robles y hortensias. Estos matorrales enormes
de flores por todas partes fueron una de las cosas que mas me llamó la atención
en mis primeras visitas a Galicia...
Roble y hortensias |
...seguimos hasta un poco mas adelante, donde la carretera
se bifurca en dos: subida a la izquierda y bajada a la derecha ¿Cuál coger?...
Sí, el de la izquierda. Esta cuesta es fuerte pero a pasitos cortos se llega
lejos…
Bifurcación, en caso de duda, subir |
Si cogiéramos la carretera de la derecha (es otro alternativa más corta y suave) llegaríamos directamente hasta el Castillo de San Felipe donde está el inicio del camino de tierra de vuelta (te ahorras o te pierdes, según se mire, 4 km.).
Como hemos dicho, cogemos la carretera de la izquierda y
tras una rampa importante llegamos a un cruce. La carretera sigue en una curva
cerrada a la izquierda, sale otra carretera a la derecha en bajada que enlaza
con la carretera que va a San Felipe que no cogimos antes y, de frente, sale el
camino de tierra que se adentra en el bosque de eucaliptos, ¡Este es el
elegido!
Camino en el bosque de eucalipto, apto para la respiración y la desconexión |
Camino de ida por el monte –> de San Cristobal a San Felipe
Este tramo es mezcla de camino de tierra, en algunos tramos,
y asfalto (en malas condiciones) en otros. Es aconsejable echar un ojo al
suelo, ya que en la primera parte del camino hay bastante piedra suelta. El
perfil es de sube/bajas aunque no muy fuertes la mayoría. Prácticamente todo el
tramo discurre por el monte, entre eucaliptos. Ninguna construcción salvo un
par de casas aisladas en el bosque. Avanzas en solitario, tú y tus
pensamientos.
A la izquierda monte de eucalipto, aunque alguna otra
especie autóctona se ve: carballo (roble), castaño, laurel, … regueros de agua que
bajan del monte. También debe haber fauna, aunque a esta no se la ve, solo se
la oye esconderse entre la maleza, pero haberla hayla, restos (excrementos) si
se ven y alguna vez sí he visto alguna ardilla por aquí. En cuanto a la fauna
no terrestre siempre te acompaña algún trinar o piar de los diferentes
pajarillos y aves que no soy capaz de identificar, de hecho, ya he dejado de
llevar música.
Mucho eucalipto |
A la derecha entre eucaliptos y sombras se puede ver, al fondo, en la parte más baja del monte, la ría que sigue paralela al camino. La vista llega hasta el otro lado de la ría y va cambiando según vamos avanzando: monte, calas, el castillo de La Palma, ...
Castillo de La Palma, al otro lado de la ría |
... Eso si no se cruza un buque mercante en campo de visión,
...
Un "barquito" quería salir en la foto |
...la villa pulpeira de Mugardos.
Mugardos, se puede ir en lancha desde Ferrol |
El, a veces, camino asfaltado continua durante unos 2 km. A
la derecha sale algún camino/carretera por el que se puede acortar, pero recomiendo
seguir hasta el final. Una vez llegado al final hay que coger una carretera que
es una gran bajada hasta la cetárea de San Felipe, hay un cartel que lo indica.
La bajada es dura, tiene tanta inclinación que más que correr vas frenando,
pero mas dura es la subida, que también la he probado. La vista siguen siendo
increíble y según vas bajando a lo largo de las “7 revueltas”, ahora monte,
ahora ría, ahora castillos,... hasta se ve alejarse el buque que se había
colado en la foto, ¿donde irá? Parece increíble, pero al otro lado del mar está...¡el
nuevo continente!.
El "barquito" sacado por 3 remolcadores pasando por el Castillo de San Felipe |
Una vez llegado a la Cetárea de San Felipe se acabo la
bajada. Este sitio me encanta para venir en otras circunstancias,... almejas al
natural, lubrigante (bogabante) de mas de 2 kg. a la plancha, nécoras recién
cocidas, ... un sitio muy recomendable para quien buscar darse una buena
mariscada, sin lujos y sin prisas, disfrutando del momento y las vistas.
Castillo de La Palma desde la Cetarea. Desde dentro con un albariño delante se ve mejor |
San Felipe –> De la cetárea al castillo
Por si quieres ir |
Tras dejar atrás la cetárea para mejor momento, ahora toca
cruzar el pueblecillo de San Felipe, no tiene perdida, solo hay una calle,
larga, pero solo una. Es un pueblo marinero, tranquilo, bonito. Según vamos
recorriendo la calle vamos disfrutando de sus rincones. La mayoría de las casas
parecen estar partidas en dos por la calle, en el lado del monte la casa,
algunas muy bonitas, de piedra, con sus
miradores típicos coruñeses y en el lado de la ría
el jardín con frutales,
hortensias y en algunos casos acceso a la barquita.
Calle, hay casas muy bonitas, pero no están en la foto... |
La ría hace en San Felipe con un “rincón” donde hay un
pequeño embarcadero y una playita. Normalmente esta pequeña ensenada está
plantada de barquitas y dependiendo de la hora y el día las barquitas tienes
pescadores en plena actividad, al choco.
Barquitas de San Felipe, hoy no pescan |
Tras dar la última curva de la calle de San Felipe, nos
espera una muy inclinada, aunque corta, rampa de despedida del pueblo para
llegar ya al castillo de San Felipe.
Última cuesta... del pueblo, que luego hay otras |
Enseguida llegamos al castillo, que se llama así porqué lo
mandó construir Felipe II, aunque las reformas que le dieron esa forma
defensiva tan peculiar las hicieron casi dos siglos después. Dicen que en
tiempos echaban una cadena hasta el Castillo de San Martín (del que solo quedan
ruinas) enfrente, para evitar la entrada de navíos. Entre el triangulo que
formaban los Castillos de San Felipe, La Palma y San Martín se resistieron numerosos
ataques de Ingleses y Franceses.
Su visita merece mucho la pena, al menos a mi me gusta. O
sea, que además de venir a correr, es muy recomendable, una vez duchado u otro
día, ir a visitar el castillo por dentro, el pueblecito y acabar con una buena
mariscada en la cetárea.
Cabras admiradoras del castillo de San Felipe |
Camino de vuelta por la ría –> De San Felipe a San Cristobal
El castillo, merece la pena visitarlo |
Tras otra subida por la carretera, dejando la entrada del castillo a la derecha, llegamos al inicio del camino de la ría.
Aquí empieza el "paseo marítimo" de la ría |
Poder correr por este “paseo marítimo” lo considero un
privilegio, pagaría por correr por aquí (aunque no es bueno dar este tipo de
ideas, no vaya a ser). El camino está acondicionado para pasear, montar en
bici, correr, observar, relajarse, desconectar, abandonarse, respirar, sentir...
Tiene unos 2,5 km. y es de lo más plano de todo el circuito. Trascurre paralelo
a la ría y un poco elevado sobre ella, pero no tanto como el camino de ida por
el monte que iba bastante mas arriba. Aquí la ría está en primer plano, y en
sentido hacia el mar, hacia la inmensidad... Se pueden ver barquitos pescando,
las calitas al otro lado de la ría. Azules y verdes en todos sus matices.
La ría desde el camino |
El olor a eucalipto sigue siendo intenso, aquí respirar gusta mas.
El camino |
Uno de los remolcadores ya vuelve |
Mas camino, mas ría y el "barquito" ya lejos |
A lo largo de todo el camino de la ría vamos encontrando construcciones defensivas. A poco mas de la mitad de este camino está la Batería de San Carlos, acondicionada para poder bajar a echar un vistazo y relajarse un rato.
Batería de San Carlos, se puede bajar desde el camino |
Poco a poco vamos consumiendo el camino, deseando que fuese
mas largo. Mires donde mires la belleza te hipnotiza, el paisaje te inunda, no
sientes las piernas.
No se aprecia mucho, pero al fondo hay una calita de aguas cristalinas |
Y al final del camino llegamos de nuevo al Castillo de San Cristobal, donde nos esperaran los escalones que habíamos dejado a la ida y que nos devuelven a la carretera de Cariño.
Restos del castillo de San Cristobal, también se puede indagar y bajar hasta las rocas |
Carretera de vuelta –> De San Cristóbal a Cariño.
Tras subir los j...did...s escalones, ya queda el sprint
final. En este último tramo el terreno es positivo, ligera bajada, y las vistas
siguen siendo impresionantes, salvo el borrón final del puerto exterior que
prefiero no fotografiar.
Estamos llegando al final |
Llegamos a la playa de Cariño, lugar de partida. Los
valientes se pueden refrescar con un baño en el mar. No es mi caso, yo soy
manchego, ni en pleno mes de agosto me parece que el agua esté lo
suficientemente aceptable como para no morir por congelación atlantica. Mis
hijas que ya tiene mezcla de sangre manchega/gallega no opinan igual, cuestión
genética.
Playa de Cariño, ¿un baño? |
Otros caminos hemos recorrido este verano, serán objeto de
futuros capítulos, y otros mas han quedado pendientes para próximas visitas...
Otro día mas |
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