Zahara running (capítulo 1) – Correr por la playa




Ruta running sencilla pero imborrable, echamos a correr en la playa de Zahara de los Atunes hacia el noroeste (según se mira al mar, a la derecha). Siguiendo todo recto por las playas hasta llegar al rio de Barbate, a un lado el mar, al otro la sierra del Retín, y regreso por el mismo sitio. Total unos 15 km ida y vuelta.


18 de agosto de 2013

La Ruta:

El recorrido, evidentemente, es todo plano, a nivel del mar. No hay cuestas ni ninguna otra dificultad mas allá de haber trasnochado el día anterior y haber tomado alguna copita, ¡¡que para eso estamos de vacaciones!!...


Se corre mucho mejor si la marea está baja. Existen webs en Internet donde encontrar información sobre cómo están las mareas cada hora de cada día.
En dirección Barbate, la playa es bastante ancha, se corre muy bien, la arena es dura y apenas hay inclinación. En la otra dirección, hacía Altanterra y Punta de Plata,  no ocurre esto, la arena es más blanda y hay más inclinación, se corre bastante peor.

La ruta en wikiloc --> aqui

Ruta, 7'5 km rectos, giro 360º, 7'5 km vuelta

El entorno:


Las playas entre Zahara y Barbate son bastante anchas, de arena clara y fina, suave para los pies, limpias, sin construcciones pegadas, sin paseo marítimo, solo dunas y naturaleza.
A un lado de la playa está el océano Atlántico, sin puertos, solo agua, cristalina. Tan transparente que hay días en los que bañándote puedes ver peces. En días claros, con viento de poniente, se ve perfectamente África al otro lado del agua. Distinguiéndose hasta pueblitos en la montaña los días más claros.
Al otro lado de la playa: primero el pueblo de Zahara, después dunas en primer plano, a veces vacas retintas en segundo plano y detrás la sierra del Retín.

Foto satélite de D.Google Earth

 El recorrido:



Vamos a dividir el trayecto de ida en tres tramos, que más o menos corresponden a las tres playas por las que vamos a ir pasando hasta llegar al punto más lejano: el espigón del rio Barbate, y un cuarto tramo que será la vuelta, por el mismo camino de ida.

Primera playa, la propia de Zahara.


Iniciamos el “running” en la playa del Carmen de Zahara de los Atunes, enfrente del Vapor, no el  restaurante, sino los restos del barco encallado en la playa que le da nombre al restaurante. Este barco de vapor parece que se hundió en el 1902, cuando la marea está baja se puede observar su gran caldera de hierro oxidada.

Vapor, ya insignia de Zahara

Como he comentado, no recomiendo correr hacia Atlanterra ya que aunque las vistas sí merecen la pena, curioso también ver la casas de pudientes construidas en la parte final, sin embargo el terreno es mucho peor (arena blanda y mayor inclinación de la playa).

Por aqui no, mejor paseando

Cogemos pues la dirección contraria, hacia Barbate, por la derecha. Al principio vamos en paralelo al pueblo, todo casas blancas, sin alturas excesivas, distinguimos al final “La Ballena Verde” un buen lugar para tomarse una cerveza y disfrutar de la puesta de sol.

Zahara pueblo

Al inicio del recorrido, si vas temprano, te puedes encontrar  alguna barca que vienen de pescar, si vas más tarde, seguramente ya cogerás tráfico (al menos en agosto) de veraneantes paseando y algunos menos corriendo (como yo).

Pescadores de recogida

Playa, todavía con poco tráfico

La playa del pueblo termina en el “río” Cachón (realmente es un arroyo). No llevaremos ni un kilómetro cuando nos encontramos, o no, con él. Según estén las mareas y según el caudal, hay días en que se cruza de un pequeño salto y otros en los que está más ancho y el agua te puede llegar por debajo de la rodilla, por lo que: o bien paras y te quitas las zapatillas para cruzar sin mojarlas, o bien lo cruzas del tirón que ya se secarán.
Hay quienes dicen que la palabra cachondeo viene de cuando los marineros de las almadrabas cruzaban el rio para irse de juerga. 

Cachón crecido


Segunda playa, la de Pajares


Una vez cruzado el Cachón, viene la playa más bonita, más desierta y más salvaje, la playa de Pajares. Se extiende unos 4 kilómetros y va desde el Cachón a una zona rocosa, un pequeño “cabo”  donde empieza la tercera playa.
Esta playa es muy ancha y plana, sin apenas inclinación, con marea baja es un placer correr por aquí, en soledad. Hasta esta playa ya llegan menos caminantes, y según vas avanzando prácticamente no encuentras a nadie.

Playa virgen

La playa está a espaldas de la Sierra del Retín. Toda esta zona es militar, la sierra tiene el acceso prohibido, es un campo de adiestramiento de la Armada, pero nadie nos impide observar. A la playa hasta hace unos años solo se podía acceder desde las otras playas contiguas pero ahora ya hay acceso libre desde la carretera y por tanto más visitantes a horas playeras.

Sierra del Retín


Lo primero extraño que nos encontramos en el camino es una especia de bunker o puesto de vigilancia en la misma playa, a resguardo de las dunas. La decoración actual no parece muy militar, ¿será una nueva tendencia en camuflaje?

Puesto de vigilancia

Otra cosa que llama la atención son las vacas retintas, pastando, casi llegan hasta la misma playa, supongo que con permiso de la autoridad.

Retintas en la playa

El mar por esta zona susurra. Las olas suaves que van y vienen, ronronean. Música “chillout” mucho mejor que la de Ibiza es correr oyendo un blues de Eric Clapton o a Miguel Ríos mezclado con el sonido directo de las olas.
Además de las típicas gaviotas, por esta playa también se pueden ver correlimos tridáptilos correteando por la playa, picoteando los “bichitos” cuando la ola deja la playa y vuelve al mar. Estos, a diferencia de las gaviotas, no echan a volar cuando te aproximas sino que corretean a toda velocidad por la playa, provocadores, en un “cógeme si puedes”.

correlimos quietos

La playa sigue, inalterable, inmensa, solitaria, tan solitaria que apetece correr desnudo (alguna vez me he atrevido), al menos descalzo, integrado en la naturaleza.

Fin de la segunda playa

Más adelante llegamos a un estrechamiento rocoso donde acaba esta playa y empieza la siguiente. Esta parte es la única zona algo complicada de pasar con marea alta. Se estrecha bastante y aunque hay paso entre las rocas, es mucho mejor venir con marea baja o dar la vuelta. Hasta aquí ida y vuelta ya hay una bonito paseo de 10 kilómetros.
Se nota que no es una playa cualquier, es una playa militar. Las rocas aquí no están de cualquier manera, están alineadas, como en formación.

Rocas en formación


Tercera playa, la del Cañillo o del Botero


Esta es ya la última playa de ida, de unos 2 kilómetros y medio, se extiende desde las rocas que marcan el final de la playa de Pajares hasta la desembocadura del río Barbate.
Por esta playa suele haber pescadores, con la caña clavada en la arena, esperando, mirando… Ya no tenemos la sierra detrás sino las Marismas de Barbate, las intuimos, sabemos que están ahí, porque desde la playa no se ven.

Barbate mas cerca

Esta playa sí tiene accesos y pasarelas para cruzar las dunas y llegar desde la carretera, y se nota, aunque por la mañana temprano me suelo cruzar con el tractor y los operarios que la están limpiando, se nota que la arena está mucho más “trillá”.

Desde esta playa, según nos vamos acercando, vamos distinguiendo en el horizonte con mayor detalle, como un zoom muy lento: el pueblo de Barbate enfrente, Vejer de la Frontera arriba, y el faro de Trafalgar metido en el mar. 

Cabo de Trafalgar

Y aquí acaba la ida, llegado al rio, los últimos metros la arena es más blanda. No se puede seguir, este río ya no se cruza de un salto, y por si acaso se nos ocurre, hay un espigón curvo que lo protege.
 Ya solo nos queda, parar y lanzar una mirada pausada, reteniendo en la retina los 360 grado de vista panorámica a nuestro alrededor, el tiempo que nos apetezca… y volver.

Oeste: Cabo de Trafalgar

Norte: abajo Barbate, arriba Vejer de la Frontera

Este: Rio Barbate y detrás las marismas

Sur: Playa y al final Zahara, pa'lla vamos

Y vuelta


Pues, zapatilla, a volver, que nos que nos quedan otros 7 kilómetros y medio de panorámica, chillout y libertad mental antes de la ducha, el desayuno y un día y una noche no tan relajado de playa, hijas, puesta de sol, Cruzcampo, excesos culinarios, feria,…o lo que se tercie.

Mi zapatilla

Como la vida, no siempre las condiciones son las óptimas, pero no por eso nos vamos a quedar en casa. Hay veces en las que la marea está alta (se puede aprovechar para correr por el campo, ya lo contaré en el próximo capítulo) y hay días donde el viento de levante es algo fuerte y la vuelta cuesta más, pero hay que ser positivo, la ida ha costado menos. Como dice José Mota: “las gallinas que entran por las que salen”.

jodío levante

El camino de vuelta es el mismo que el de ida, pero el paisaje nunca es igual, los colores se ven diferentes con la luz del sol ahora de frente.

Ahí siguen las vacas

No solo el horizonte tiene belleza, donde mires hallas. En estas playas puedes encontrar conchas de todos los tamaños, orejones, piedrecillas de colores.

Conchas a cienes, de todos los colores y tamaños

Saliendo temprano, a la vuelta, la playa de Pajares sigue desierta, solo Sierra, dunas, arena, mar, cielo,…

Pistaaaaaaaaaa

Apetece correr descalzo. Normalmente, la vuelta la suelo hacer descalzo, chapoteando, concentrándome en la pisada, sin talonar. Aunque las zapatillas minimalistas ayudan a entender como pisar mejor, sin ortopedia innecesaria, sólo corriendo descalzo se da uno cuenta de lo difícil que es: inclinación, pasos cortos, aterrizando con la parte media-delantera del pie, … ¡¡sintiendo!!...

Mi pie

…Guardando sensaciones, reteniendo en la memoria para tirar de recuerdos durante el inverno.

Tronco / colega

Una playa, rocas, otra playa, Cachón, última playa, llegamos a destino. Ya no están los pescadores, aunque algún resto ha quedado en la playa.

¿Manta?¿Raya?¿pez rata?

Como cantaba el Dúo Dinámico: “El final… del verano…. llegó, y tienes que partir….”

Han sido unos días de relax en el paraíso terrenal de Zahara muy bien aprovechados en los que no podía faltar el “running”: unos cuantos días de running playero, la primera carrera popular de Zahara de los Atunes y también algún día de running campero (a contar en el próximo capítulo).
Ahora toca volver a la urbe con las pilas cargadas.

La cuenta atrás para la hora de volver el año próximo ya se ha iniciado….
¡Ay señor, jubílame ya!



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2 comentarios:

  1. Hoy he hecho este recorrido y ha sido la mejor experiencia que he tenido nunca como corredor.
    El privilegio de unas playas vírgenes y perfectas para correr, la soledad y libertad de correr sin pulsometro, sir reloj y casi sin ropa y uma temperatura idónea.
    Por momentos me he sentido etíope de lo agusto y ligero que he corrido. No te digo más.

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    1. Es una pasada, yo este año que no he podido ir lo echo mucho de menos. Un saludo!!

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