Ruta running circular (o triangular) ubicada enteramente dentro del Parque Regional del Sureste, bordeando La Marañosa. Partimos de Casa Eulogio por la vega del Manzanares hasta la M-301, bajamos hasta casi San Martín del Vega y volvemos por la rivera del Jarama desde Gózquez de Abajo, Presa del Rey hasta el punto de inicio.
28 de septiembre de 2013
La Ruta:
Esta ruta ripense (y cercanías) se ubica en su totalidad
dentro del Parque Regional del Sureste de Madrid. Es un recorrido triangular:
- El primer lado del triangulo, y de la ruta, va por la vega del Manzanares, partimos de la zona de Casa Eulogio hacia la Aldehuela.
- El segundo lado sigue la carretera M-301 (un tramo entre Perales del Río y San Martín de la Vega).
- Y la tercera arista del triangulo es la vuelta por la rivera del Jarama, desde Gózquez de Abajo, vamos bordeando los cerros de la Marañosa hasta llegar otra vez al punto de inicio.
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La ruta, entera dentro del Parque Regional del Suroeste. La linea roja en coche, la blanca corriendo |
Cómo llegar:
El recorrido no comienza en zona urbana sino en mitad el
campo. Por lo cual, si se va a hacer corriendo, hay que ir en coche hasta el
punto de inicio. Si la quieres hacer en bici, como la hacía yo en mis tiempos
mozos, se puede llegar hasta allí en la propia bici, desde Rivas sólo son
algunos kilómetros más, pero excesivos corriendo.
En coche o en bici, partiendo desde Rivas hay que llegar
hasta la salida 19 de la A3 (Rivas pueblo) y en la propia raqueta al otro lado
de la A3 hay un desvío hacia la Escuela de Protección Civil. Hay que seguir por
esa carretera (a la izquierda dejamos el Soto de las Juntas, objeto de un
futuro capítulo) hasta pasado el edificio circular de la Escuela de Protección Civil.
Una vez el asfalto se ha convertido en tierra, a unos 500 metros, el camino se
bifurca, cogemos el de mas a la izquierda hasta la señal de “prohibido el paso
camino particular”. Aparcar por ahí si se va en coche e iniciamos la ruta desde
el puente sobre el rio Manzanares.
Primavera: D1 - Primer intento
Como he comentado anteriormente, hace años había montado en
bici por aquí, pero de esto hacía años y lo que es correr, nunca había corrido
por estos lares. Este año el día de San Isidro se daba la circunstancia de que es
fiesta en Madrid pero no en Rivas, por lo que los padres no trabajan pero las
niñas tienen cole. Así que, después de dejar a las niñas en el cole, nos
calzamos las zapatillas mi mujer y yo y nos aventuramos a dar la vuelta a La
Marañosa. El tiempo era “fresco”, cielo cubierto y amenazante de lluvia, ¡Ideal
para correr!.
Partimos del puente sobre el Manzanares, pasamos la barrera
de camino particular, prohibido el paso (supongo que es sólo para coches) y a
pocos metros, pasando una especie de caserío “Casa Eulogio”, el camino se topa con otro perpendicular que
se puede tomar en ambos sentidos: izquierda o derecha, la idea es ir por uno y
volver por el otro.
Esta vez, tomamos el de la izquierda, para hacer el
recorrido en el sentido de las agujas del reloj, suponiendo el camino circular.
Encontramos una cadena al inicio del camino con nuevas indicaciones
de camino particular, Parque Regional, pero nuevamente “para vehículos”.
Durante la primera parte del recorrido el camino va bordeando los montes,
dejándolos a la derecha. Por todos estos montes se aprecian cavidades unas
pequeñas y altas, refugio de aves y otras de mayores dimensiones y mas bajas, de las que dicen que
en tiempos eran refugios de bandoleros. Por la izquierda son campos de cultivo de maíz,
los más cercanos, y otros con ganado los mas lejanos, viéndose colonias de
cigüeñas en una olmeda al fondo.
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Olmos y nidos de cigüeñas |
Este tramo se extiende unos seis kilómetros
en una especie de media circunferencia hasta llegar a la Presa del Rey. Vamos
viendo a la derecha los Cerros de las Coberteras con numerosas aves rupícolas (dícese
de las aves que anidan en rocas): milanos, cernícalos, halcón peregrino. Por la
izquierda el curso bajo del Manzanares, camino de verter sus aguas al
Jarama poco antes de la Presa del Rey. Unas veces el rio va mas pegado al camino, rodeado de arboleda de rivera: olmo,
chopo, fresno y otras queda más alejado, con terreno sembrado entremedias.
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Vista desde el satélite de la junta de los dos rios y por donde va el camino |
Este tramo es prácticamente llano excepto una pequeña bajada
(subida a la vuelta) antes de llegar a la Presa de Rey en la Vega del Porcal.
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Junta de los rios desde el camino |
También pasamos por un tramo donde el cantil se ha
desprendido cortando el camino, solo que de tanto pasar por allí los
biciclistas y los excursionistas (corredores he visto pocos) ya se ha hecho
senda por encima de la tierra y rocas desprendidas. “Caminante no hay camino, se
hace camino al andar”.
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¡¡Qué viene el cavernícola!! |
Pasado el desprendimiento, ya se ve la Presa del Rey y hasta
allí es todo cuesta abajo. Esta presa es moderna, siglo XX, pero todavía se
puede ver debajo del salto de agua la antigua, construida en el siglo XVII para
distribuir el agua del rio por toda la vega.
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La presa desde el desprendimiento |
Una vez llegamos a la Presa, hace años, se podía cruzar el
puente hasta el otro lado del río, ya Jarama, donde hay numerosas lagunas y
graveras, pero ahora está cerrado a cal y canto.
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La Presa del Rey |
Desde aquí el recorrido continúa paralelo a los cortados de
la Marañosa. Ahora el camino está asfaltado
y durante otros 5 kilómetros el paisaje es similar: cortados y aves a la
izquierda, “sembraos” como se dice en mi pueblo y conejos a la derecha.
Toda esta parte de los Cortados de la Marañosa, aún estando
dentro del parque regional es zona militar, por lo que está prohibido el paso y
en muchos casos vallado. Es decir, en la idea inicial de dar la vuelta a La
Marañosa, no hay manera de atajar, bien porque la naturaleza te lo impide en
forma de cortados o allá donde hay un camino o vía de acceso, te lo prohíben
las vallas del ejército...
... Pero, a unos 5 km de la presa se acaba la zona militar y
sale un camino a la derecha. La idea que llevábamos era, antes de llegar a la
carretera, encontrar algún camino que nos permitiera atajar para coger el
camino de vuelta, así que debía de ser este.
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El camino atajo y la exploradora |
Nos adentramos en el camino y seguimos por él durante un
rato.
A la derecha seguía siendo zona militar, vallado, y a la izquierda coto
de caza, al principio sin vallar, pero ¡Ay, amigo!... Después de unos tres
kilómetros en este camino/atajo llegamos a una zona en la que nos encontrábamos
cercados por todos los sitios... subimos hasta lo alto de un cerro para otear
por donde seguir, pero no teníamos ni idea, veíamos el pueblo de La Marañosa,
veíamos una carretera que llevaba a una fábrica de productos químicos, pero
todo estaba vallado. Incluso seguimos campo a través para ver si veíamos el fin
de la valla, pero no, llegando a un punto que incluso habíamos perdido el
camino/atajo por el que habíamos venido.
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Campo cercado |
En vista que no veíamos por donde salir de esta trampa, dimos
una vuelta de reconocimiento intentando recordar y encontramos el camino de
vuelta.
Pero con esto no contábamos, llevábamos 14 km. de recorrido, según
nuestros previsiones, hechas sin contar con las alambradas de militares y
cazadores. Habíamos calculado una circuito de poco mas de 20 km. pero ahora
volviendo por el mismo sitio iban a ser 14 + 14 = 28 km. ¡¡sin agua y sin
víveres!!.
En estas circunstancias no queda otra que empezar a correr,
así que vuelta sobre nuestros pasos: camino entre vallas, camino asfaltado
hasta la presa, y para darle un poco de gracia al asunto, a partir de aquí, los
últimos 5 km. hasta el coche... ¡Diluviando!
Al menos si queríamos beber, con abrir la boca hacia arriba
solucionado.
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Es lo que tiene ir con una gallega, atrae la lluvia |
Verano: D2 - Segundo intento
Había pasado más de un mes desde San Isidro, ya estábamos en
verano y la idea de dar la vuelta completa a La Marañosa me seguía rondando la
cabeza. Miraba los mapas por Internet y veía algún posible atajo sin llegar hasta
la carretera, pero la experiencia primaveral me decía que luego no todo el
monte es orégano…
Decidí volver a intentarlo, pero por lo seguro, llegando hasta la carretera. De esta manera
son unos cuantos kilómetros más, unos 32 en total, pero me veía con fuerza. Así
que una mañana de un sábado de verano madrugué, cogí la cámara de fotos, mi
cinturón de hidratación con sus dos botellas de agua de 25 ml. y para allá me
fui.
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El Manzanares desde el punto punto de inicio |
Partí de nuevo del puentecillo sobre el rio Manzanares y como
la vez anterior llegue hasta el camino perpendicular en frente Casa Eulogio,
pero esta vez decidí ir en sentido anti horario, es decir, coger el camino de
la derecha y volver por el de la izquierda.
D2 - primer tramo: Desde la salida hasta la carretera.
Este camino, que forma la primera arista del triangulo, es de
8 km. partimos desde el puente, Casa Eulogio, pasamos por la Aldehuela hasta llegar a la
Carretera M301.
Discurre paralelo, aunque en la lejanía, al rio Manzanares, en sentido contracorriente. Vamos entre la ribera del Manzanares a la derecha y la Madrañosa a la izquierda.
Discurre paralelo, aunque en la lejanía, al rio Manzanares, en sentido contracorriente. Vamos entre la ribera del Manzanares a la derecha y la Madrañosa a la izquierda.
El camino es prácticamente plano, sin grandes desniveles, de
tipo pista forestal, ancho y de tierra pisada. Nos podemos encontrar con algún
coche, raro, pero alguno hay, sobre todo de cazadores.
Al principio encontramos pinar por la izquierda…
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Principio de la pista, pinar |
…y por la derecha reses bravas (cercadas, no hay peligro) y
cultivos: maíz, cereal,… dependiendo de la estación del año encontramos un
paisaje marrón, verde o amarillo. Blanco aún no lo he llegado a ver.
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Reses bravas tomando el sol |
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campo |
Pasada la zona de pinar, de no más de un par de kilómetros, el
terreno empieza a ser más árido. Como se dice en mi pueblo, una solana. Aún
siendo temprano, ya apretaba bastante el sol.
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largo camino sin sombra |
Se observan graveras o restos de extracciones de grava y ahora, un poco más alejado del camino, los pinares de la Madrañosa y Monte del Fraile.
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Restos de graveras, la de pisos que habrán hecho con tanta grava que se han llevado |
Hay zonas de praderas que recuerdan al Serengueti, salvo que
en vez de ñus o jirafas hay conejos, por el camino se te pueden cruzar decenas
de ellos según la época. En vez de leones hay cazadores, otro motivo más para
no intentar buscar un atajo y seguir el camino hasta la carretera. De vez en
cuando, el sonido de los tiros de los cazadores me parece demasiado cercano,
acojona un poco.
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Serengueti ripense |
Aproximadamente en el kilómetro 5 en la zona de la Aldehuela
el camino gira a la derecha. Existe otro camino a la izquierda que llega directamente
hasta el pueblo de La Madrañosa, de cogerlo nos ahorraríamos unos cuantos kilómetros y
evitaríamos además la carretera, pero está vallado y con puerta ¿..?. Seguimos
pues por la derecha y encontramos un rincón curioso: unos enormes pinos llenos
de nidos de cigüeña.
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Pinos con nidos de cigüeñas |
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Pareja de cigüeñas después de una discusión matrimonial |
El camino continua haciendo un zigzag, dejando los pinos, las
cigüeñas y lo que figura en los mapas como una fábrica de ladrillos, para
seguir de nuevo hacia el Oeste sin abandonar el camino, ya cerca de la
carretera, a unos 2 km.
A la derecha seguimos viendo reses, mas lejos, por la
arboleda, se intuye el paso del río manzanares y mas al fondo afea el paisaje y
el aire que respiramos la punta de la chimenea de la incineradora de Valdemingomez.
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Paisaje perfecto si no fuera por la puntita de la incineradora |
Ya poco queda que ver hasta la carretera, un complejo de
tratamiento de aguas residuales a la izquierda…
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El milano quería salir en la foto |
…La belleza de algún cardo (nunca he entendido porqué se asocia la
palabra cardo a la falta de belleza)
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Cardo |
Y llegamos a la carretera. Primer tramo completado.
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La carretera M301, coger hacia la izquierda |
D2 - segundo tramo: La carretera.
Este segundo tramo es de unos 10 km. entero por carretera.
Todo el trayecto, por el lado derecho de la carretera según avanzamos, tiene
carril bici. Por el lado izquierdo, según las zonas, hay un pequeño camino
separado de la carretera o el arcén, de aproximadamente un metro.
Como hoy hay mas tráfico por el carril bici que por la carretera decido ir por el lado izquierdo y no por el carril bici.
Como hoy hay mas tráfico por el carril bici que por la carretera decido ir por el lado izquierdo y no por el carril bici.
Al principio de la carretera, a un kilómetro nos encontramos el Convento de Carmelitas de la Aldehuela, desde luego por fuera no parece un convento sino un complejo turístico. He leído que las monjas se han trasladado aquí desde el convento original y ahora el convento original está abandonado y se organizan fiestas “rave” clandestinas, ¡menudo cambio!.
Este tramo es el que menos me gusta, por ser carretera… seguimos
estando dentro del Parque regional y a los lados vemos bastante pinar y campo
cultivado y “desgracias” en la carretera que demuestran que hay más vida
salvaje por aquí de la que pensamos, pero nos empeñamos en acabar con ella.
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Pobre animal |
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mas cadáveres |
Sobre el kilómetro 10 (2 desde que cogimos la carretera) empezamos
una subida de unos 3 km, después es todo bajada.
En esta carretera empezaron mis problemas. El sol ya era fuerte, me había bebido ya, al inicio de la carretera, la mitad de mis reservas de agua (25 ml, el equivalente a un botellín del Águila) y la incertidumbre de no saber a qué altura de la carretera salía el camino de vuelta que tenía de tomar me hizo el trayecto más largo. Un par de veces paré a mirar alguna salida, e incluso di la vuelta a ver si me había pasado, pero no. La primera era una entrada a una zona militar con una puerta que impedía el paso y la segunda el “pueblo” de la Marañosa (hasta donde había llegado en el día 1 pero que con las vallas no pudimos seguir y tuvimos que dar la vuelta).
Se me hacía largo pero seguí… no me quedaba otra, peor era
volver, seguí hasta que reconocí la zona, no me había pasado, simplemente ¡¡Es que está
lejos!!, son 10 km. de carretera. Al llegar a la rotonda de Gózquez de Abajo, y
Gózquez de Arriba, ahí está la vega del Jarama y el camino de vuelta, se acabó
la carretera, a la izquierda… a no ser que quieras pasar por la Warner, a la
derecha…
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Hacia la izquierda la vuelta, hacia la derecha la Warner, a elejir |
D2 - tercer tramo: Camino de vuelta, el viacrucis.
Por fin el camino de vuelta, me tomé mi segundo botellín de
agua pero me supo a poco, ahí me di cuenta que ya iba jodido, no por el número
de kilómetros sino por el calor y la deshidratación. Confirmé, por si acaso,
que el camino era el correcto con un par de mountainbikeros que también estaban
reponiendo fuerzas y empecé el camino. Este ya si era zona conocida, la vega
del Jarama por un lado y los altos de La Marañosa por el otro.
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Vega del Jarama |
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Cosechadora en acción |
Sobre el kilómetro 21 pase a la izquierda la entrada al
camino sin salida que habíamos tomado el primer día. Por esta zona, la Marañosa es
zona militar y esta vallada.
La vuelta se estaba complicando, mucho calor, me pesaban las
piernas, empezaba a parar demasiadas veces a hacer fotos… pero ya no era por
las fotos, era porque ¡¡¡no podía!!! Hacía el kilómetro 23 encontré una establo con ovejas y cabras, agua debía de haber, pero no vi a nadie para pedir, así que
seguí.
A tramos, entre foto y foto continuaba corriendo. Este
camino, en esta parte asfaltado, es muy transitado por ciclistas, sobre todo
fines de semana, en grupo, en solitario, en familia, casi parece la “serpiente
multicolor”
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La vuelta ciclista |
El camino sigue, el sol cada vez más fuerte, la lengua cada
vez más seca, las piernas cada vez más flojas. De repente me llegó un olor
refrescante, fuerte, dulce, pero no era capaz de identificarlo, ¿Será un espejismo
olfativo?... sigo corriendo.
Poco más adelante otra vez el olor, el buen olor, suave, dulzón,.. miro a mi alrededor buscando alguna pista. Ahora sí, me doy cuenta, lo identifico, es una higuera, ¡Uhm, qué bien huele!
Poco más adelante otra vez el olor, el buen olor, suave, dulzón,.. miro a mi alrededor buscando alguna pista. Ahora sí, me doy cuenta, lo identifico, es una higuera, ¡Uhm, qué bien huele!
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La higuera |
Intento distraerme con el paisaje. Los cantiles por esta
zona son caprichosos, formas, grietas.
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Cantiles de la Marañosa |
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Gritas, formas, naturaleza |
Algún resto de defensa militar. Por estos parajes, durante
la guerra civil, se libró la batalla del Jarama y estos montes eran una zona
estratégica que fue tomada varias veces por ambos bandos.
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restos de la guerra |
Kilómetro 25 desde la salida, tengo que volver a parar otra
vez, aprovechando un poco de sombra, me estoy mareando un poco, me siento en el
suelo, a la sombra, pasa alguna bici pero no me atrevo a pararles para pedirles
agua. Hace calor y la gente sale con su pequeña botella de agua, no es cuestión
de bebérmela yo. Reposo, espero un poco, descanso, pero tengo la sensación que
no es cuestión de cansancio. Las aves de rapiña sobrevolando por encima de mi
no parece buena señal…
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Me siento observado |
A seguir un poco, ya debe quedar poco para la Presa del Rey
y esto es terreno muy conocido. Así en aproximadamente un kilómetro llego a la
presa del Rey.
Vuelvo a parar, ahora me trago mi vergüenza y pido a algunos
ciclistas un poco de agua. Selecciono los que veo que llevan: o varias botellas
o botella y mochila con bolsa de agua, también a los que me parecen tener más
cara de buena persona. Acierto, los tres a los que pido me dan. La última persona,
una chica, incluso se excusa por tener que darme a beber de su “camelbag” y tener que chupar la
boquilla del tubo (me
dice que en la botella lleva algún compuesto ¿EPO?). Me la ofrece “si no me da asco…” ¿Asco? Si no te da a ti que
es tu agua… ¡Yo ahora mismo sería capaz
de beber de un charco con ranas!..." Me siento como un yonki pidiendo en la
puerta de un supermercado…
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Presa del Rey, hace años estaba permitido cruzar el puente |
Desde aquí al punto de inicio quedan 6 km. Es una buena ruta
para venir desde la salida hasta aquí y volver por el mismo camino, pero yo,
como caperucita, he elegido el camino largo y ya llevo 26 km. Cada vez más
calor.
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Dejamos la presa atrás... |
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... y seguimos el curso del río, Jarama |
Parto otra vez, pero me cuesta mucho. Este tramo de la ruta,
a mi juicio, es el más bonito. Hay una parte que va muy cerca del rio, se
pueden observar los patos deslizarse sobre el agua, tan fresquitos…
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tan frescos |
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Seguimos (mis circunstancias y yo) remontado el rio, ahora ya, Manzanares |
Paro cada pocos metros hasta que decido seguir andando, no
puedo correr. La lengua se me pega al paladar, nunca había sentido tanta sed.
Continuo andando a paso ligero pero el trayecto se me hace infinito.
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Camino, tramo en sombra |
Llego por fin a la última parte, ya se ven los cultivos y
las cigüeñas, señal de que ya queda poco, pero aún un par de kilómetros… que andar.
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Ya está ahí la olmeda y las cigúeñas, de esta salgo. |
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A lo lejos Casa Eulogio, ya no queda na... |
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... de andar |
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He llegado, ahi están las reses dandome la bienvenida |
Por fin llego al coche, me bebo la botella de agua que tengo
allí, calentorra pero me sabe a gloria. Descanso un poco, no tengo fuerza ni
para estirar, arranco y me voy a casa.
Al llegar a casa me encontraba fatal, mareado, ganas de
vomitar… tras descansar un rato, beber agua, tomar azucares, me recuperé, pero
está claro que no he valorado adecuadamente las
circunstancias…
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Recorrido del día 2, los últimos kilómetros ni los marcó el GPS |
Otoño: D3 - Tercer intento:
Tras un verano de mucho correr por mar y montaña (ver otras
entradas del blog), volvemos a la normalidad: trabajo, obligaciones y solo
correr en fin de semana por Rivas, y antes de que empiecen las lluvias y los
caminos se llenen de barro y charcos hay que aprovechar para correr por el
campo.
La vuelta completa a la Marañosa estaba pendiente, tenía que
volver a intentarlo.
Analizando mi último intento está claro que esta vez el
calor ya no iba a ser tan intenso, pero aún así debería llevar suficiente agua y
algo sólido (plátano, membrillo, frutos secos,..) para reponer fuerzas por el
camino si quería terminar bien.
Mirando el calendario y los compromisos adquiridos, sólo este fin de semana lo podía intentar, así que allá vamos.
Sábado “morning”, madrugo y voy en coche hasta el punto de
salida. Son menos de las ocho de la mañana y aún está muy oscuro. Esta vez he
traído la mochila con un litro y medio de agua, pero ¡Oh! Se me ha olvidado el
avituallamiento sólido… espero que no sea un problema. Me pongo la mochila, los
cascos (mejor correr en compañía Rosendo, Eric Clapton, Miguel Rios,…)
pulsómetro y empezamos la ruta.
Como en verano, voy a ir por el camino de la derecha, desde Casa Eulogio hasta la Aldehuela. Intento ir a un ritmo tranquilo y sin paradas. Esta vez no voy a hacer ninguna foto, solo correr.
Siempre el paisaje es distinto, y en este nuevo intento se nota que ya estamos en otra estación del año. Los primeros campos que en verano tenían brotes pequeños ahora tienen plantas de maíz de más de dos metros. En las tierras que estaban sembradas de cereal ahora solo quedan rastrojos amarillos. Los cardos ya no tienen ese vivo color morado, ahora son amarillo pálido…
Durante el primer
tramo voy con comodidad, viendo como los conejos se cruzan por el camino a
decenas, con ágiles saltos… no se parecen a mi…
No entiendo de caza, pero supongo que ahora no es temporada
porque esta vez ni veo ni oigo cazadores.
Sigo tranquilo, hacía el kilómetro 5 veo de nuevo el camino que va directo a la Marañosa, tenía la esperanza de no haberme fijado bien la vez anterior y que pudiera tirar por aquí, pero que va, está cerrado con puertas.
Sigo adelante. Esta vez las cigüeñas no están en los pinos, están todas en el suelo, parece una plantación de cigüeñas… debe haber cientos.
Llego a la carretera sin novedad en 50 minutos, de momento no hace calor y
el ambiente está húmedo, amenazante de lluvia.
Inicio el segundo
tramo, la carretera M301. Bajo inicialmente por el lado izquierdo hasta el
Convento de la Aldehuela pero esta vez hay más tráfico de coches que de ciclistas así que a
partir de aquí sigo por el carril bici. Se va muy bien por aquí, sobre todo hoy
que apenas se cruza alguna bici.
Este tramo de carretera en su mayor parte discurre entre pinares. Por donde no hay pinar ahora se ve el campo totalmente amarillo, ya han segado.
Empezamos la subida, llevo buen ritmo, creo que demasiado
bueno, no sé si lo pagaré en la parte final. No me cuesta mucho subir, pero mejor
es bajar, después de los 3 km. de subida hay 5 de bajada, ahora llevo un ritmo
más fuerte.
Durante la bajada, toda la parte derecha de la carretera es
un gran pinar y por la izquierda se van viendo los altos de la Marañosa. Es curioso,
ahora que se cual es la distancia a recorrer y donde está la salida me gusta
más esta parte de carretera que la vez anterior, me parece hasta bonita, ahora voy disfrutando mas…
sobre todo porque voy tirando de las reservas de agua, de vez en cuando... un
“chupito”.
Falta poco para el kilómetro 18, llevo 1 hora 42 minutos. Las vistas de las montañas rusas del parque
Warner me indican que hay que abandonar la carretera. Llegamos al cruce con
Górquez de Arriba y Górquez de Abajo. Nos quedamos con el de Abajo y en la
rotonda salimos por la izquierda. Este cruce debe estar a 2 kilómetros de San
Martín de la Vega, un día tengo que llegar hasta allí, pero hoy no, ¡mañana!.
Ya estoy en el tercer lado del triangulo, el tramo final. Pasó el kilómetro 20, ya
las piernas no van tan ágiles. Qué pena haberme olvidado del plátano, ahora me
vendría muy bien. Sigo adelante, intento ir más despacio. Ya no hay segadoras,
el paisaje es distinto, el cereal ya está cosechado y hay otros cultivos verdes.
Seguimos por la vega del Jarama. El camino sin salida del primer día queda a la izquierda, sigo, cansado. Esta vez no hay ovejas ni cabras. ¡Uhm! El olor de las higueras sí sigue, aunque no me parece tan intenso como en verano. Caen cuatro gotas, pero no llega a llover. Paso la zona militar, estoy más cansado, me propongo a mi mismo seguir hasta la Presa del Rey y allí descansar un poco. Así lo hago, cansado pero aguanto hasta la Presa.
Seguimos por la vega del Jarama. El camino sin salida del primer día queda a la izquierda, sigo, cansado. Esta vez no hay ovejas ni cabras. ¡Uhm! El olor de las higueras sí sigue, aunque no me parece tan intenso como en verano. Caen cuatro gotas, pero no llega a llover. Paso la zona militar, estoy más cansado, me propongo a mi mismo seguir hasta la Presa del Rey y allí descansar un poco. Así lo hago, cansado pero aguanto hasta la Presa.
Paro, estoy en el kilómetro 25 y pico, llevo dos horas y
media, creo que tendría que haber empezado más despacio para haber llegado
hasta aquí más fresco. Bebo agua, estiro un poco y observo. Como siempre, este
rincón sombreado está lleno de ciclistas reponiendo fuerzas. Algunos comiéndose
un bocadillo ¡¡Cómo se puede uno comer un bocadillo y seguir dando pedales!!.
Aunque ahora que lo pienso, cuando yo rondaba los 18 años, hace 30 ya, salía
montar en bici con un vecino y siempre parábamos a tomar un café y él a fumarse
un cigarrillo… y luego el c..brón ¡¡me dejaba atrás en las cuestas!!.
Tras cinco minutos de descanso, sigo, parece que algo he recuperado. Hay que pensar en positivo, ya queda poco. Paso los desprendimientos, estos hay que pasarlos andando sí o sí. Qué bien y bonito se ve el río Jarama desde aquí. Sigo, muy cansado. Kilómetro 26, el camino pasa pegado al río, hay un montón de patos. Kilómetro 27, otra vez cerca del río pero ahora es el Manzanares, un poco antes de desaguar en el Jarama.
Tras cinco minutos de descanso, sigo, parece que algo he recuperado. Hay que pensar en positivo, ya queda poco. Paso los desprendimientos, estos hay que pasarlos andando sí o sí. Qué bien y bonito se ve el río Jarama desde aquí. Sigo, muy cansado. Kilómetro 26, el camino pasa pegado al río, hay un montón de patos. Kilómetro 27, otra vez cerca del río pero ahora es el Manzanares, un poco antes de desaguar en el Jarama.
Lo voy pasando mal, y hoy no es deshidratación, me están
faltando fuerzas, cuanto echo de menos haber traído algo de comer. Puedo
asegurar que en el kilómetro 40 de la maratón que hice en febrero (primera
entrada del blog) iba bastante mejor que ahora, es la diferencia entre prepar
algo a conciencia o salir a ver qué pasa.
Aunque no llevo mal ritmo, me cuesta mucho, este tramo se me está haciendo largo. Kilómetro 28, 29… en el 29 y medio decido parar por segunda vez, queda muy poco lo sé. Bebo, descanso un par de minutos y ahora sí que tengo que aguantar hasta el final.
Sigo y aunque cansado ya voy viendo el final, kilómetro 30, llego al cruce con el camino por el que salimos, por lo que la vuelta ya está completa, un poquito más hasta el puente donde empecé y ya está.
Aunque no llevo mal ritmo, me cuesta mucho, este tramo se me está haciendo largo. Kilómetro 28, 29… en el 29 y medio decido parar por segunda vez, queda muy poco lo sé. Bebo, descanso un par de minutos y ahora sí que tengo que aguantar hasta el final.
Sigo y aunque cansado ya voy viendo el final, kilómetro 30, llego al cruce con el camino por el que salimos, por lo que la vuelta ya está completa, un poquito más hasta el puente donde empecé y ya está.
Ahora sí, vuelta completada, objetivo conseguido…
parcialmente.
Según mi reloj: 31,5 km. en 3 horas y 7 minutos, a 5:55 min/km de media (sin contar los 5 + 2 minutos de paradas).
Parcialmente conseguido porque el objetivo no era terminar a cualquier precio, ni hacerlo lo más rápido posible. El objetivo era disfrutar de todo el camino y los últimos kilómetros disfrutar, disfrutar, no he disfrutado, han sido duros.
Según mi reloj: 31,5 km. en 3 horas y 7 minutos, a 5:55 min/km de media (sin contar los 5 + 2 minutos de paradas).
Parcialmente conseguido porque el objetivo no era terminar a cualquier precio, ni hacerlo lo más rápido posible. El objetivo era disfrutar de todo el camino y los últimos kilómetros disfrutar, disfrutar, no he disfrutado, han sido duros.
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Recorrido completo del Día 3 con altimetría y ritmo |
Lecciones aprendidas:
·
- Del día 1 – primavera: Da igual que no conozcas el camino, si vas bien acompañado merece la pena perderse… incluso aunque llueva.
- Del día 2 – verano: Parece mentira que siendo manchego no sepa como pega el sol.
- Del día 3 – otoño: Esta reflexión la debería haber hecho antes salir y hubiera terminado mejor. Lo que decía al principio: más razón y menos perseveración. Está claro que a partir del kilómetro 22/23 las reservas de glucógeno se me acabaron.
¿Por qué y cómo lo podía haber
evitado?
Creo que fui por encima de mis
posibilidades, de haber empezado a un ritmo más lento (igual que hice en el
maratón) durante los primeros kilómetros hubiera ido tirando en parte de grasas
y así el glucógeno (hidratos) me hubiera durado hasta el final. Se consumen grasas y se ahorra glucógeno
cuando el corazón va lento. La velocidad que tenía que haber controlado es la
del corazón no la de las piernas.
Eso y haberme llevado algo sólido
para reponer fuerzas me hubiera facilitado la parte final. ¡¡Como están las
cabezas!!
Tendrá que haber un cuarto intento, a ver si he aprendido la
lección: ¿Invierno?
Otras alternativas más cortas:
Esta ruta es muy atractiva, pero está claro que no es para
hacérsela todos los domingos. El paisaje del Parque Regional del Sureste merece
la pena ser recorrido, pero se puede hacer en tramos más cortos aunque igual de
interesantes. Mis recomendaciones son estas:
- Desde la salida hasta la Presa del Rey, ida y vuelta son unos 12 kilómetros donde se concentra los mejores paisajes del parque: Cantiles, ríos, rivera, vega, aves,…
- Desde la salida por Casa Eulogio en el otro sentido, hacia la Aldehuela o hasta la carretera M301. Serán unos 10 km ida y vuelta. Para mi gusto, este recorrido es menos atractivo, pero también hay que variar.
Realmente el recorrido bueno para esta ruta sería llegar
hasta la Aldehuela, coger el camino (en amarillo en el siguiente mapa) que está cerrado hasta el pueblo de la
Marañosa, desde aquí coger el camino (en azul) que encontramos
cerrado el primer día hasta el camino de vuelta y continuar por el camino de
vuelta hasta el inicio otra vez. ¿Quién se empeña en poner puertas al campo?
¿Por qué se cierran los caminos? No tengo una respuesta. Pero el poder acceder
por esto caminos nos evitaría la carretera, quedando una ruta totalmente
campera de unos 22 km., mucho más asequible
¡Pero…!
¡Pero…!
¡ Qué bueno Fermín ! . Desde luego, si que eres perseverante. Me ha encantando, me lo he pasado muy bien leyéndolo.
ResponderEliminarUn abrazo. (Tomás)