24 de enero de 2015
En
estos días que ando revisando alguna documentación de mi trabajo (consultoría
tecnológica). Me ha llamado la atención como a veces los conceptos pueden ser universales,
lógicos, y aplicables a otros campos de la vida, en este caso, desde la
tecnología al running.
Existen en el mundo de los sistemas de información unos libros de referencias llamados ITIL,
donde se recopilan una serie de directrices y buenas prácticas sobre la
gestión de los servicios informáticos.
En
estos libros se recomienda distinguir y no confundir las “incidencias” con los
“problemas” y por tanto no tratar ambos de la misma manera. ¿Son
aplicables estos conceptos al running?
En
primer lugar vamos a repasar la definición de ambos conceptos según ITIL:
Incidente:
“Cualquier
interrupción o reducción en la calidad del servicio” por ejemplo: que no nos
funcione una aplicación (Word, Endomondo, web de Amazon,..) o que vaya muy
lenta. En el caso del running pudiera ser una lesión que nos
impide entrenar.
Gestión del
incidente:
Cuando se produce un incidente, para poder
continuar funcionando (poder seguir corriendo en nuestro
caso) tenemos que encontrar un remedio que restablezca el
servicio lo antes posible.
A
muchos nos ha pasado que después de llevar entrenando a tope 3 meses, justo
cuando queda menos de un mes para correr el maratón, "zasca", una sobrecarga
muscular. Tenemos que encontrar algo que solvente la incidencia lo antes
posible para poder seguir entrenando y llegar al día “D” en las mejores
condiciones posibles.
El
objetivo es claro, encontrar un remedio ya.
La prioridad es el tiempo, una solución rápida.
En
el caso del ordenador, podría ser algo tan recurrido como apagar y volver a
encender.
En el caso del running podría ser una crema, un masaje, descanso,..
Esta
solución nos posibilitaría (con suerte) volver a poder utilizar el programa en
el ordenador o, en nuestro caso, volver a correr.
En
muchos casos, estas soluciones son temporales. Aunque remedian la
incidencia y
nos permiten continuar nuestra actividad, no solucionan el problema origen y
seguramente al cabo de un tiempo se vuelvan a reproducir.
Problema:
“Causa
subyacente, aún no identificada, de una serie de incidentes o un incidente
aislado de importancia significativa”.
Apagar
y encender el ordenador nos va a permitir seguir funcionando pero no va a
solucionar el problema real que está originando la incidencia, si lo que queremos es una solución
definitiva habrá que hacer cambios más profundos: configuración, caché…
Podemos apagar y encender cada vez que se nos “cuelgue” el ordenador o buscar
la causa real y solucionarlo de una vez para siempre.
En
el mundo del running: el echarse una crema, ponerse una plantilla, ir al fisio,
cambiar de zapatillas… cuando algo nos impide seguir entrenando puede ser el
equivalente a “apagar y encender” el ordenador. Posiblemente solucionemos la
incidencia pero si al cabo del tiempo se
vuelve a reproducir, entonces es que tenemos un problema que requiere de un
análisis más profundo que nos permita identificar la causa real y encontrar
una solución
definitiva.
Gestión del
problema:
Ahora
el objetivo no es encontrar una solución rápidamente, ahora el objetivo es encontrar la causa real
de nuestras continuas “incidencias” y realizar los cambios necesarios para que no se vuelvan a repetir.
Para
ello hay que seguir una serie de pasos:
Detección del problema:
No siempre nos damos cuenta de que lo que
tenemos es un problema y no una incidencia. No es fácil aceptar que
ya no nos vale con una solución rápida que nos permita seguir, hay que tener voluntad para identificar la
causa real y poder así hacer los cambios necesarios que nos lleven a una solución
definitiva. Igual que es verdad que no siemrpe tiene por qué haber un problema. Este
paso es importante.
Investigación y diagnóstico (un problema típico):
Por
lo general y a diferencia de otros deportes, casi todos los corredores populares hemos empezado a correr de manera
“autodidacta” sin un entrenador que nos guiara y enseñara a correr
correctamente, con la técnica adecuada. Simplemente hemos empezado a correr y,
poco a poco, hemos conseguido ir cada vez más rápido y aguantar más tiempo. Por lo que es posible que no lo hagamos
bien, que no realicemos la técnica correctamente.
Hay
muchísimos corredores que son capaces de correr maratones con buenas marcas sin
haber aprendido nunca técnica de carrera, lo hacen de manera natural, pero si
tú no eres uno de ellos, las lesiones te persiguen, estás estancado,… quizás
tendrías que empezar a documentarte sobre técnica de carrera y analizar si lo
estás haciendo bien.
Muchas
veces ponemos todo el foco en hacer muchos kilómetros, en hacer series, planes
de entrenamiento… y sin embargo no
invertimos tiempos en cuestiones clave como la forma de apoyar del pie, la
cadencia, la inclinación, la postura del cuerpo, de los brazos,.. y esto suele tener sus consecuencias,
no solo en un peor rendimiento, sino también en forma de lesiones, y al fin y
al cabo, uno de los motivos por los que corremos también es la salud ¿no?.
Búsqueda de la solución
Si el
problema es la falta de técnica, evidentemente, cambiar la forma de correr no es algo inmediato, requiere su
tiempo, mucho tiempo, pero si con ello logras acabar con las lesiones, mejorar
tiempos y madurar como corredor, igual la
inversión merece la pena y si sueles lesionarte a menudo y comparas el
tiempo perdido durante los periodos “en blanco” sin entrenar por culpa de las
lesiones, respecto al tiempo necesario para reaprender a correr, igual hasta
sales ganando. Eso, sin tener en cuenta los efectos secundarios, los beneficios que puedes encontrar:
- Primero, disminuir las lesiones (incidencias) y aumentar por tanto el tiempo que puedes dedicar a entrenar y a estar de buen humor.
- Correr con mejor técnica también puede hacer que tu carrera sea más eficiente y por tanto gastes menos energías que podrás utilizar para correr más rápido o más distancia.
- Ahorro en fisio, plantillas, cremas, rodilleras,…
- En definitiva, madurar, correr mejor
Cierre del problema y mejora continua
Una
vez identificado el problema, averiguado las causas subyacentes del mismo y puesto
en práctica los cambios oportunos para solucionarlo y comprobada su efectividad deberíamos cerrarlo.
Pero
como somos insaciables, lo que habremos
conseguido no nos parecerá suficiente y nos pondremos nuevos retos, nuevos objetivos: más kilómetros,
mejorar marca, correr una trail,… en fin cada uno sus cosillas de runner. Tendremos que seguir avanzando:
·
Analizando en que podemos mejorar (braceo,
pisada, tipos de entrenamiento, alimentación, estrategia de carrera,…) y planificado la manera de conseguir esa mejora
·
Poniendo en marcha los cambios que pensamos nos harán conseguir esa mejora (musculación, cuestas, dieta, ejercicios
específicos de técnica,…)
·
Midiendo y comprobando si lo que estamos haciendo
no está sirviendo o no para el objetivo que perseguimos.
·
Actuando en consecuencia de los resultados que
vamos obteniendo: continuar con lo previsto, cambiar de estrategia,…
Como
decía al inicio de la historia, hay ideas, buenas prácticas, que parecen universales
y aplicables a cualquier ámbito de la vida, incluso tan lejanos entre sí como
el running y la tecnología. Es ya cuestión de la inteligencia y la motivación
de cada uno, para mejorar, el aplicarlos o no.
¡Be water my friend!!
Interesante entrada, y mas de uno nos la deberiamos aplicar, solo pensamos en correr, correr y correr sin aplicar tecnicas ni na de na y cuanto mas mejor, así que luego pasa lo que nos pasa. Voy a compartirla con tu permiso. Un saludico.
ResponderEliminarGracias Paco, me alegro que te guste y sientete libre de compartilo con quien quieras.
EliminarUn saludo!!