Tres años llevábamos mi mujer y yo dando vueltas a la idea de ir a Marruecos a correr la Desert Run: -“es mucho dinero, no estamos preparados para aguantar las tres etapas, qué hacemos con las niñas mientras corremos, habrá problemas de seguridad,…”-. En fin, todo eran dudas e incertidumbres, pero el deseo de ir iba aumentando con el tiempo.
Miércoles, 30 de octubre de 2013
Previos
La
Desert Run reunía todo lo que nos gusta: running, aventura, turismo, descubrir nuevos
paisajes, conocer otras culturas...
...Hasta que este verano nos liamos la manta a la cabeza y
nos inscribimos, ¡Hecho! Ya no había vuelta atrás. Nos quedaban tres meses por
delante para entrenar, al menos, lo suficiente para acabar las tres etapas (15,
21 y 26 km.) por el desierto de Marruecos....
La decisión era aventurarnos los cuatro: mi mujer y yo como
corredores y mis dos hijas (8 y 12 años) viviendo la experiencia como
acompañantes.
¡¡Hasta preparamos unas camisetas para la última etapa!!:
La situación de partida era:
- Como aventureros: De jóvenes bastante, pero de eso hace mucho. Nunca habíamos estado en el desierto ni en Marruecos.
- Como corredores: Somos corredores populares de fin de semana. No seguimos planes de entrenamientos específicos, ni dietas, ni nos preocupa que las zapatillas pesen 2 gramos más o menos. Nos motiva correr, por la naturaleza a ser posible, y disfrutar del running y del entorno. Ya habíamos hecho rutas juntos de más de 20 kilómetros, pero nunca tres días seguidos.
- Como padres: nos preocupaba dónde y con quién quedarían las niñas durante la carrera y la seguridad el resto del día en un país desconocido.
Aunque a continuación lo contaré en detalle, puedo anticipar
y anticipo que en los tres aspectos: como aventureros, como corredores y como padres
las expectativas quedaron sobradamente superadas. Aunque el coste del viaje es
importante, el valor de la Desert Run es mucho mayor, ¡Viaje Inolvidable para
los cuatro!. Mi enhorabuena a la organización.
La ida a Barcelona
El vuelo hacia Marruecos partía por la tarde desde
Barcelona, así que decidimos salir de Madrid tempranito y aprovechar el día en
Barcelona para visitar con las niñas el parque Güell y la Sagrada Familia.
La idea era dejar el coche en el parking de bajo coste de la
T4 de Barajas e irnos a embarcar sin facturar maletas… pero encontrar este parking
no lo ponen fácil y además no contábamos con que los autobuses lanzadera desde
el parking a la terminal salían cada 30 minutos, por lo que a la hora de
empezar a embarcar (08:30) todavía
estábamos en el parking, sentados en el autobús, esperando que saliera hacia la
terminal. Salió y ahí empezamos la etapa prólogo: carrera de velocidad los
cuatro, esprintando con las maletas hasta el control de seguridad, ¡Menos mal
que había poca cola!, y luego de nuevo sprint hacia la puerta de embarque, ¡Menos
mal que era una de las primeras!. Llegamos, primera prueba superada, respiramos
ya sentados en el avión.
La mañana en Barcelona fue bastante agradable: visita relajada
al Parque Güell y bajada andando hasta la Sagrada Familia, ¡Qué grande es la
obra de Gaudi!. Comer una pizza admirando la catedral y de nuevo para el
aeropuerto. Después de la carrerita en Barajas y el paseo por Barcelona de más
de 3 km. ya habíamos hecho el calentamiento para la carrera.
Parque Güell, una pasada, no acaba uno de ver detalles |
Vista de Barcelona desde el Parqué Güell |
Sagrada Familia, cada vez que miras descubres nuevos detalles |
Llegamos al aeropuerto del Prat con tiempo, nos sentamos a
tomar algo y a observar a los que intuíamos también iban a la carrera:
vestimenta deportiva, cuerpos exentos de grasa, caras afiladas, chándals de Italia (sabíamos que también iba un grupo
de italianos).
A la hora acordada nos dirigimos al punto de encuentro a
reunirnos con el grupo y ahí tuvimos nuestra primera sorpresa: allí estaba
Martín Fiz (entre otros títulos, campeón del mundo de Maratón), sabíamos que
había ido en otras ocasiones, pero no que venía en está edición. ¿Nos habíamos
equivocado? Nosotros somos corredores domingueros, no profesionales… ¿Será esta
una prueba fuera de nuestro alcance?... Ya veremos, nuestro objetivo no era
competir sino disfrutar, correr juntos las 3 etapas y vivir la experiencia de
correr por el desierto.
Encuentro con corredores en el Aeropuerto del Prat |
Tras los trámites de rigor embarcamos, subimos al avión que
iba completo. Íbamos mas de 130 personas a la Desert, de ellos unos 80
corredores, y asustaba un poco ver que muchos de ellos tenían pinta de
corredores curtidos, también mucha cana, es evidente que con veinte años no
tienes presupuesto para esta aventura, la mayoría teníamos ya… cierta edad.
¡¡¡Nooooooooooooos vamos!!! |
Llegada a Marruecos
La llegada al aeropuerto de Errachidia, ya en suelo africano
(marroquí claro) es impactante, te das cuenta que has aterrizado en otro mundo.
Llegamos de noche, no se veía nada alrededor del avión salvo los faros
encendidos de una ristra de todoterrenos, unos 30.
La expedición |
Estas luces alumbraban
a un grupo de música folclórica marroquí que nos daba la bienvenida con sus
cánticos y bailes. Me encantan los instrumentos musicales de todo tipo y me llamaron
la atención los instrumentos de
percusión que usan, especialmente los qraqeb, especies de castañuelas dobles de
hierro.
Hilo musical |
En la escalerilla del avión pasamos el control aduanero,
consistente en que unos señores meten tu pasaporte en una caja y se quedan con
él hasta que vuelvas otra vez al aeropuerto el día del regreso. Primer y único
acto de fé que hay que hacer en este viaje.
Tras tomar unas cuantas fotos acompañadas de té moruno y
frutos secos, y deleitarnos todos con el cambio de mundo, todavía en shock,
montamos en el coche asignado, en nuestro caso, al ir cuatro, tuvimos un coche
y chofer para nosotros solos durante toda la estancia, y partimos en caravana
hacia el hotel.
Té moruno |
Impresionante, al menos para mí, la caravana de los 30
todoterrenos, la mayoría Toyota Land Cruiser,
uno detrás de otro. Aunque esto no será nada con lo que viviremos días
después, todos avanzando a toda pastilla en paralelo por el desierto.
La conducción por estos lares digamos que es, particular.
Las líneas continuas de la carretera están a título orientativo. No hay ningún
problema en adelantar con línea continua, de noche, en subida, en zona de
curvas y hablando por el móvil, siempre y cuando toques previamente un par de
veces el claxon.
Durante todo el trayecto no se ve prácticamente, hay poca
iluminación, salvo alguna casa “de allá pa cuando” con alguna ventana
tímidamente iluminada, el resto es oscuridad.
Así llegamos al hotel, nuevo recibimiento folklórico, y entrada al hotel Kasbah Xaluca Arfoud. Más fotos, creo que el resto de “desertruneros” al igual que yo, estamos impresionados. El hotel me sorprende, parece un resort del Caribe: piscina, bar, etc. pero estilo marroquí en mitad del desierto.
No estaba nevando, es que el objetivo de la cámara está sucio |
Charla explicativa por parte del maestro de ceremonias Joan
Boada sobre aspectos logísticos y la agenda del próximo día y a cenar.
La cena muy local, productos y platos marroquís aunque no
faltaba la pasta/arroz. Con cuidado de no tomar productos que pudieran estar
lavados con agua, tipo ensalada, etc. cenamos y primer contacto con los
compañeros de mesa, procedentes de varios puntos: Madrid, Barcelona, Málaga… e
identificando a otros padres para hacer frente común y formar un grupo de hijos
y dejarlos empaquetados al día siguiente.
Tras la cena, fuimos a la habitación asignada, allí estaban las maletas. Habitación bonita, muy mora y a dormir, ya notábamos el cansancio del día, así que no tardamos mucho en desvanecernos… algunos, otras parece que no durmieron mucho ¿nervios, preocuapción,..?.
La habitación |
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