La segunda etapa de la Desert Run, por el desierto hasta Merzouga, esta ya tenía una distancia considerable: había que correr medio maratón, 21 km. Esto para la mayoría de los corredores, para nosotros fue algo más larga...
Viernes, 1 de noviembre de 2013
Etapa:
La salida estaba en el vivac donde habíamos dormido, en la
parte norte del Erg Chebbi (“Erg” significa arenal). Discurría bordeando el “Erg”
por su cara oeste hacia el sur, hasta Merzouga, dando aquí un pequeño giro para
hacer unos kilómetros más hasta el hotel Kasbah Tombouctou, donde esperaba el
arco de meta.
El terreno seguía siendo desierto, pistas de tierra en medio
de una inmensidad plana. Durante todo el camino se podían admirar las enormes
dunas a lo lejos por la izquierda, salvo la última parte del recorrido en que
las dunas estaban, digamos... que bastante más cerca.
También, a diferencia de la primera etapa, esta pasaba por
un par de pueblos, por lo que se esperaba más “animación local”...
Bordeando Erg Chebbi hacia el sur por la cara oeste |
La ruta en wikiloc --> aquí
La Carrera
La noche fue algo fría (aviso a corredores de próximas ediciones,
acordaros de echar en la maleta el pijama de felpa). No fue necesario el despertador,
al amanecer empezaron a hacerse oír los dromedarios, berreaban como si
estuvieran al otro lado de la haima. Así que una vez despierto decidí ir a los
cuartos de baños comunitarios antes de que hubiera demasiada cola y poco papel.
La habitación con vistas |
El hotel a los pies de las dunas |
Ya con los deberes hechos desperté al resto de familia y a
desayunar (esta vez sin tuna). De nuevo recoger la maleta y a línea de salida.
Hoy de naranja y tirantes, aunque con el frío que habíamos
pasado, a primera hora de la mañana no apetecía mucho.
Hoy de naranjitos |
Bueno, al lío, tras el recuento de corredores para
identificar abandonos, ya la niñas acopladas a sus amigos y preparadas para
seguir la carrera desde los 4x4, llegó la hora de la salida. El gran Martín Fiz
da de nuevo la salida y a correr…
Salimos como siempre en cola de pelotón dejando libre el
camino a los más veloces. Nuestra idea era intentar mantener un ritmo de 6:30
min/km. más o menos en los tramos sin dunas y en las dunas “lo que pida la
obra” que dicen en mi pueblo.
¡¡ Qué prisa tendrán!! |
Durante los primeros kilómetros lo íbamos haciendo así,
incluso un poco más rápido, tras el primer kilómetro, siempre mas lento, del 2 al
7 clavamos los 6 kilómetros en 6:18 min. cada km., y eso que solo me faltaba
subirme a caballito de mi compañera de fatigas para que no se acelerara tanto,
constantemente la tenía que ir frenando y recordando lo que nos quedaba por
delante, hoy no… mañana.
El paisaje era animado, (para ser yermo) íbamos siguiendo una
pista de tierra y de vez en cuando pasábamos por las típicas construcciones
marroquíes de adobe. Los habitantes de las casas tampoco parecían muy
sorprendidos de ver a unos locos corriendo, ¡¡Con el calor que hacía!!, supongo
que ya están cansados de ver pasar europeos en coches, motos, bicis,… Esta debe
ser una ruta por la que pasan este tipo de aventureros.
Pasando por unas casas en mitad de la nada |
Paramos en el avituallamiento del kilómetro 4,5, siempre
paramos en todos a beber agua y a refrescarnos. El frio nocturno ya se había
convertido en calor intenso. Para la distancia de hoy ya sería bueno tomar algo
sólido además de agua, así que como no tomamos geles ni este tipo de productos
que tenían en los avituallamientos, me había agenciado un par de plátanos el
día anterior y los llevaba en el cinturón, un poco negros por fuera, pero
perfectos por dentro. Cayó el primero.
Seguimos a buen ritmo. De vez en cuando pasábamos alguna
casa, algún albergue, algún grupo de árboles y palmeras, matorrales, dromedarios
pero lo más impresionante eran los naranjas de las dunas del Erg Chebbi que
íbamos viendo durante todo el camino.
Las dunas al fondo durante prácticamente todo el camino |
¡Coño, si soy yo! |
También de vez en cuando pasaban los coches de la
organización y en uno de ellos nuestras niñas haciendo fotos con el móvil…. Qué
pena que no hagan móviles con teleobjetivo y estabilizador de imagen, porque
hubieran salido unas fotos coj…udas.
Al fondo, rebaño de dromedarios |
Las niñas siguiéndonos en el coche |
Segundo avituallamiento, kilómetro 9, volvemos a parar,
bebemos, nos refrescamos, dejamos las botellas (siempre respetuosos con el
medio ambiente… aunque alguno había que iba dejando sus restos por el camino) y
de nuevo en marcha, pero a partir de este punto…
...ya nada sería lo mismo.
A rebufo, el italiano |
Llevábamos a rueda un corredor italiano que constantemente
iba tosiendo, escupiendo, moco "pa’rriba" moco "pa’bajo".... total, que decidimos
dar un tironcillo a ver si le dejábamos atrás
y nos librábamos de tal hilo musical.
Así lo hicimos tiramos un poco mas fuerte y seguimos
adelante, pero llegamos a una bifurcación donde el camino se dividía en dos y
sólo veíamos una flecha de las que señalizan el camino en el medio de los dos
caminos ¿Cuál era el correcto?.
No sabíamos por donde tirar, no teníamos
referencia visual de ningún corredor por delante, el italiano venía por detrás,...
así que decidimos tirar por el camino de la izquierda, más cercano al desierto
que íbamos bordeando y que se dirigía a un pueblo.
Hassilabied |
Para allá tiramos... y el italiano detrás. Avanzamos cerca
de un kilómetro hasta que llegamos al pueblo, durante el trayecto no vimos más
señales indicadoras, lo cual era raro porque normalmente estaban bastante
seguidas y llegó un momento en que caímos en la cuenta de que en el suelo no
había pisadas de corredores.... sólo de camello, ¡¡Estábamos perdidos!!.
Ni una señal, ni una pisada, por aquí no era... |
Paramos, intentamos localizar alguna señal de la carrera
primero saliendo del pueblo por la izquierda, vuelta, luego por la derecha. El
italiano también paró, tampoco sabía que hacer, siguió recto, pero antes de que
se alejara demasiado le llamamos –“¡¡No te vayas solo que por ahí no es,
muchacho!!, volvió. Preguntamos a alguno de los habitantes del pueblo
(Hassilabied se llamaba), pero además de nosotros no entender árabe, ellos
tampoco tenían ni idea que les estábamos preguntando ¿Carrera?, ¿Course?, ¿Runners?,
ni idea, nos indicaban que siguiéramos rectos para llegar al Tombouctou. Seguir
todo recto... les tendríamos que haber hecho caso, habríamos llegado a meta antes
que Martín Fiz...
La señora barriendo la calle ¿Será por eso que no había pisadas??? |
Pero no, decidimos volver sobre nuestros pasos hasta llegar
a la última señal que vimos. Al italiano, nos lo llevamos. Saliendo del pueblo para
volver al camino que trajimos vimos un coche de la organización y le hicimos
señas, vino pero no sabia de por donde iba el recorrido de la carrera ¿?. Luego
vino otro mas, que casualmente (o no) llevaba a los acompañantes del italiano,
este conductor mas espabilado llamó por radio y le indicaron como atravesar el
pueblo para llegar al recorrido de la carrera. Era por la derecha.
Nos ofrecieron subir al coche y llevarnos hasta el camino,
el italiano se subió, pero yo dije que no, habíamos venido al
desierto a correr, que tiraran que nosotros les seguíamos corriendo, así que el
italiano en vista del plan... también se bajó del coche, total unos metros mas...
Cruzamos el pueblo siguiendo al 4x4 hasta que llegamos a un
camino ya con las flechas de cal que indicaban que ahora íbamos por el buen
camino...
...y el italiano detrás.
El rastro de las vueltas que dimos por coger el camino de la izquierda en el vez del de la derecha |
Ya en el buen camino, ¡Uf, respiramos! y de forma instintiva
nos aceleramos tratando de recuperar el tiempo perdido. Habíamos hecho unos 2
kilómetros de más y sumando al recorrido extra el tiempo que hemos estado
parados intentando averiguar por donde tirar habremos perdido unos 20 minutos,
pero al menos ya estamos de nuevo en ruta, dejamos el pueblo a lo lejos.
El pueblo ya atrás |
Aunque yo seguía de pepito grillo diciendo a Marga que se
tranquilizara, lo importante era llegar con fuerzas para poder terminar la
etapa del día siguiente (26 km.), la realidad es que hicimos un par de
kilómetros rápidos, por debajo de 6 min/km. Evidentemente íbamos los últimos de
la carrera, bueno no, a lo lejos venía el italiano… ya le echábamos de menos.
Por el buen camino ya |
Ya por el buen camino nos cruzamos con el médico de la carrera
que viene en sentido contrario con la ambulancia, parece que le habían dicho
por radio que alguien se había perdido, pero de momento no necesitamos ayuda,
nos dio una botella de agua y nos dijo que enseguida llegaríamos al próximo
avituallamiento.
Así es, llegamos al siguiente avituallamiento, kilómetro
13,5 para los corredores normalillos, 15,5 para los que buscamos algo más y nos
dimos una vuelta turística por el primer pueblo que encontramos.
En este avituallamiento estaba Ana Churruca (mujer de Martín
Fiz), también corredora… de las de verdad. Al igual que su marido este año se
ha hecho el maratón des Sables, sólo son 240 km. por el desierto debiendo
llevar encima todo lo que vayas a necesitar (agua, comida,..). Este año no
participaba en esta carrera, estaba colaborando con la organización. Además de
agua, nos dio ánimo y consuelo, nos contó que ella también se había perdido el año
pasado en una zona de dunas, mal de muchos...
Seguimos adelante, enseguida pasamos por la siguiente aldea,
mucho más pequeña que el pueblo donde nos perdimos. Continuamos a un ritmo alto
y ya empezamos a coger a algún corredor.
Empezamos a recuperar puestos |
Vimos una tienda abierta, pero no paramos. Si hubiera sido un bar... |
Tras pasar esta aldea (Takojt), sin visita turística
improvisada, iniciamos un kilómetro por suelo arenoso, pero sin dunas, y algo
de vegetación. Por aquí el ritmo empezó a bajar, llevamos ya 15+2 kilómetros hechos
más la tensión de la pérdida y se notaba.
Empezaba la arena |
ya se notaba el cansancio |
Por allí |
¡¡Vamos!!... a las dunas |
Durante este kilómetro de arena íbamos viendo como las dunas se acercaban... hasta que nos
engulleron.
Esta parte de la ruta daba una pequeña vuelta por una zona de dunas,
para volver en dirección contraria por más dunas camino ya de la meta.
A la entrada en las dunas nos encontramos unos niños. Nos
pedían que les diéramos algo pero que les íbamos a dar, si no llevábamos “na”,
como no fuera un beso.
Los niños jugando en la arena |
Nos han visto |
Mejor estilo que nosotros, y eso que no llevaban Brooks |
Estos dos kilómetros de dunas fueron muy bonitos, las dunas
eran inmensas, algún 4x4 vimos atascado sacando arena de debajo de las ruedas
para poder salir, pero todo lo que tenían de bonito lo tenía de duro.
Bajamos
bastante el ritmo aunque no paramos de correr en ningún momento, pero ya el
cansancio acumulado se notaba. Difícil era subir, pero casi más lo era bajar.
Al bajar, vas frenando y los dedos de los pies van chocando contra la
zapatilla.
El paisaje…¡ Increíble!. Dunas enooormes.
Ya dentro de la zona de dunas |
Otros corredores andando, a estos también les cogimos |
Allá van los Reyes Magos... Caminito de Belén |
¡¡Vamos, vamos!! |
Saliendo ya de las dunas vino a nuestro encuentro y nos
acompaño corriendo durante un raro Joan Boada, que también se había enterado de
que nos habíamos perdido (jo..er pues se ha enterado todo el mundo), todo un placer
correr junto a él charlando. La verdad es que fue un rato agradable que nos
distrajo del cansancio
Después de las dunas quedaban los tres últimos kilómetros.
Por aquí el terrero volvía a ser plano, erial. Nuestro ritmo ya era un poco
cansino, se notaba mucho el calor y los kilómetros acumulados.
Volvimos a tener animadores, esta vez niñas, que también
corrieron un rato junto a nosotros... pidiendo. Creo que si volviera otro año a
esta carrera, en esta etapa llevaría una mochila con lápices de colores,
caramelos, gorras,... cosas que mis hijas en casa tienen de más y para estos
niños es un tesoro.
Ahora niñas |
A esta no le entraba arena en la zapatilla |
Por fin llegamos a la parte de atrás de hotel donde estaba
el arco de meta. Allí nos esperaban nuestras dos hijas para correr juntos los
últimos metros y entrar victoriosos los 4 en meta. Esta vez, como también corrió la mayor, no
tenemos documento gráfico.
Otra etapa a la saca, 2 de 3.
Tras la entrada en meta, refrigerio y a reponer fuerzas con dátiles
y unos cuantos plátanos más (donde esté lo natural...). Habíamos acabado la
segunda etapa en 2 horas y 38 minutos, incluidos los 2 kilómetros extra y el
tiempo que anduvimos perdidos.
Ahora a la habitación
a ducharnos y analizar las secuelas. La etapa de hoy había sido dura y
notábamos ciertas molestias en los pies.
Efectivamente, yo tenía un par de uñas negras que me causaban
molestia y Marga bastantes ampollas dolorosas... ¿Cómo estaríamos para la etapa
del día siguiente?.
La aventura
La tarde iba a ser de chanclas, dedos de los pies al aire, libres,
aunque eso también tiene su peligro, los dedos doloridos al aire se cargan de
una especie de magnetismo que atrae a otros pies calzados, que se empeñan en
pisarlos.
Estábamos en un nuevo hotel y tocaba exploración, lo primero
que encontramos, casualmente, fue el bar y nos tomamos un par de cervezas (la
mejor bebida isotónica, donde las haya). El día era bastante bueno y lo mejor
para los pies magullados era meterlos en el agua fría de la piscina. Tuvimos un
buen rato de relax, wifi y otras comodidades.
Ampollas al alto... |
... O al agua fresca |
¿Y Las niñas?...
...Esas ya se habían independizado. El padre
de otros niños nos dijo que se se habían ido todo el grupo al jacuzzi, y así
era, allí estaban todos dentro del jacuzzi... el agua fuera.
Por favor papa, ¡No molestes! |
Tras la comida, de nuevo salimos de excursión en los 4x4. El
plan de hoy era conocer la parte sur del Erg Chebbi.
Primero, en el Paris-Dakar particular que llevaban los
conductores de los 4x4, llegamos a lo que llaman la puerta del desierto. No por
llevar ya un día entre dunas y arena nos
dejaban de sorprender e hipnotizar las vistas. Esos colores tan fuertes, las
sombras de las dunas, las formas...
Mis hijas, y los 4x4 en línea de salida |
Una pasada.. de película |
Continuamos el rally desierto-a-través hacia un poblado de
origen sudanés, Khamlia. Allí nos recibió la banda local (gnawa) e interpretan
sus temas tradicionales y danzas.
Los instrumentos, artesanos, de percusión: el “tbel”, tambor
que tocan con un palo curvo y los “qraqeb”, especie de castañuelas de hierro.
Estos cánticos, dicen que tienen su origen en los esclavos que los gobernantes
árabes trajeron en otros tiempos a estas tierras desde el África occidental.
Utilizaban estas danzas y rituales para llegar al trance. Ahora no llegan a
tanto.
Impresiona y da un poco de tristeza ver a las chicas danzar cubiertas de la cabeza a los pies.
tocando y danzando |
los qraqeb |
los tbel |
Aquí nunca tienen calor, mirar el músico de enfrente con jersey de cuello alto debajo de la chilaba, y seguro que debajo del jersey lleva una camiseta interior |
Además de ver la actuación, me di una
vuelta por el poblado para ver la realidad. Casas de adobe, haimas, una huerta
muy interesante. Las niñas tuvieron la oportunidad de ver la pequeña habitación
que hacía de escuela para los niños del poblado, sus mesas, sus dibujos... como
los de todos los niños, a cierta edad hay poca contaminación mental o cultural.
Los niños visitantes dejaron algún mensaje en la pizarra para que lo leyeran los
niños locales cuando volvieran a clase.
Poblado |
Desde aquí, después de tomar un té y unos frutos secos,
gentileza del poblado, nos vamos dando cera en los 4x4, ¡¡Carlos, por Dios,
trata de arrancarlo!!, a ver unas minas en Menfis, muy cerca de la frontera de
Argelia.
Estas minas eran de plomo y de zinc, fueron explotadas por
los franceses hasta que dejaron de ser rentables. Debieron de tener bastante
actividad porque en los alrededores se ven algunos pueblos, hoy abandonados.
Parece que actualmente hay trabajadores locales que explotan
los restos que quedan de plomo para extraer el kohl, ese polvo gris que usan
las chicas de por aquí para pintarse lo ojos (el rimmel local, aunque no se si
será muy bueno echarse plomo en los ojos).
Hoy no curraban, era fiesta |
Las grietas tenían bastante profundidad |
El fotógrafo de la expedición currando |
Desde aquí de nuevo caravana de Toyotas hasta el hotel y
relax hasta la hora de cenar.
Los pies estaban medio medio. A mi me dolían las uñas solo
con mirarlas y a Marga, aunque se había pinchado las ampollas e incluso el
médico las había echado un vistazo, también tenía bastantes molestias. A ver
mañana como amanecían...
Antes de cenar la charla del ayo Joan sobre el programa del
día siguiente. Cena compartiendo experiencias con los compañeros de mesa: de
Madrid, de Barcelona, de Málaga y a dormir.
En este nuevo hotel, la vista nocturna al salir del
restaurante es extraordinaria. La estampa de abajo a arriba: los camellos en
sombras a lo lejos, las siluetas de las dunas al fondo y el mar de estrellas
sobre todo lo anterior... y el silencio.
Después de los nervios de la primera noche, las haimas y el
frio de la segunda, y con el cansancio acumulado... hoy tocaba dormir con Mayúsculas.
Me encanta, ya sabes que soy incondicional, lo que mas me gustado ha sido lo de la bebida isotónica, a ver si nos tomamos unas cuantas.... :-)
ResponderEliminarFui al desierto para la primera vez, era maravilloso... La gente allí es muy amable y nos hace descubrir un mundo y una cultura totalmente diferentes. Dromedarios, 4X4, amanecer en la arena a las 6 de la mañana.. El guía es super simpatico y el hotel donde dormimos (muy poco) es justo frente al sahara, con piscina: genial!
ResponderEliminarSeguro que es el viaje que mas me gusto en toda la vida. gracias a MerzougaCamelTours!!!!