La ruta running para correr por la costa de Ferrol de hoy hace una especie de “ocho” o un “infinito” según se mire, vamos que tiene un cruce. El primer círculo lo hacemos, tras subir de la playa de Cariño, yendo por el interior hasta Punta Penencia y volviendo por la costa. El segundo círculo desde O Confurco, nos adentramos en los montes de Brion para volver por la carretera de la ría hasta de nuevo la playa de Cariño.
22 de julio de 2014
Cada vez que vuelvo a la costa de Ferrol vuelvo a asombrarme de la belleza de esta tierra, mezcla de mar y monte que se advierte por todos los sentidos. No solo el visual, aunque este sea el más evidente; el olor a sal y a eucalipto; el sonido del cantar de los pájaros, el ronroneo de las olas batiendo; el tacto, aún mayor ahora con el minimalismo, en los pies granito por el monte duro, arena por la playa blanda y húmeda. Del quinto sentido, el del gusto… mejor hablamos de la gastronomía y los kilos que cojo cada vez que vengo, en otro momento.
22 de julio de 2014
Cada vez que vuelvo a la costa de Ferrol vuelvo a asombrarme de la belleza de esta tierra, mezcla de mar y monte que se advierte por todos los sentidos. No solo el visual, aunque este sea el más evidente; el olor a sal y a eucalipto; el sonido del cantar de los pájaros, el ronroneo de las olas batiendo; el tacto, aún mayor ahora con el minimalismo, en los pies granito por el monte duro, arena por la playa blanda y húmeda. Del quinto sentido, el del gusto… mejor hablamos de la gastronomía y los kilos que cojo cada vez que vengo, en otro momento.
Unas zamburiñas... por poner un ejemplo |
Ya he detallado en otras entradas de este blog unas cuantas
rutas para correr por Ferrol y su costa. Por muchas veces que vengas al mismo
sitio, nunca dejas de descubrir nuevos lugares por los que disfrutar del
running, del paisaje, de la naturaleza, de la vida. Esta es la ruta de hoy:
La ruta en wikiloc -->
aquí
Ruta y altimetria |
Total, unos 25 km., no fáciles, de constantes subidas y bajadas
por todo tipo de terrenos. La pena es que no me llevé la cámara de fotos. Con
el móvil, y encima con la lente empañada por el sudor, no saqué muy buenas
fotos, sorry!
Primer círculo: Cariño - O Confurco - Penencia- O Pieiro - Monte Ventoso - O Cofurco, 15 km.
Desde las cercanías de la Playa de Cariño, subimos una buena cuesta de un kilómetro que pasa de casi nivel del mar hasta 140 m. de altitud, la cuesta, cuesta, y más estando frio, pero poco a poco, sin prisa pero sin pausa, respirando eucalipto, se llega arriba.
Desde O Confurco, donde está el centro de ASFEDRO
(Asociación Ferrolana de Ayuda a Drogodependientes) y se ve a los chicos
haciendo gimnasia a esta hora temprana, seguimos por la carretera dirección
Ferrol un par de kilómetros.
Increíble lo que me pasa por este tramo, se me cruza un
corzo a unos 20 metros, ya me había pasado el año pasado, pero yo creía que
esto sólo pasa una vez en la vida…
Allí abajo vamos... ya nos tocará subir |
Sobre el kilómetro tres, todo bajada los últimos dos,
llegamos a un cruce con otra carretera que tenemos que coger a la izquierda. Giro
de 300 grados, ya no dirección Ferrol sino Fonta/Doniños, y seguimos bajando.
Cruzamos la aldea, con su “Ambigu” hasta llegar a un cruce de carreteras donde
hay una estatua metálica ¿un Quijtote? y un lavadero de piedra.
En este cruce de caminos, tenemos dos alternativas: la carretera
de más a la izquierda que indica a “Punta Penencia”, podríamos ir por ella y
llegaríamos al mismo sitio, o seguimos bajando unos metros en dirección
“Outeiro” para coger un camino a la izquierda que va bordeando el lago de
Doniños para llegar al mismo sitio: Punta Penencia.
Por el camino que bordea el lago, entre los árboles se
observa la manta de nenúfares que cubren parte del lago y algunas aves, ¡¡Qué
estampa!!
Desde el camino se aprecia la manta de nenúfares sobre el agua del lago |
Hasta aquí, con algunas variaciones, el camino es más o
menos común con la ruta “De cariño a Doniños”. En ella hay muchas fotos y descripciones más
precisas. Hoy no vamos a seguir por la playa hacia Outerio y el pinar sino que
vamos a volver costeando por el monte a lo largo de una senda que está marcada
por el Club de Montaña de Ferrol con una flechas paralelas amarillas y moradas.
Llevamos casi 6 kilómetros cuando llegamos al Refugio de
Lume Boo en el extremo de la playa, un excelente sitio para sentarse a tomarse
una Estrella Galicia viendo romper las olas, pero no es el momento ahora, un
último vistazo a la playa y seguimos la senda.
Ya estamos en abajo, Punta Penencia y playa de Doniños, ahora a subir otra vez |
Lo que viene a continuación es una empinada cuesta/corta
fuegos, pero que muy dura. Según las piernas de cada uno, a subir corriendo o
caminando. Compensa porque los siguientes, aproximadamente, 3 km., son los de
mayor naturaleza salvaje del recorrido, no se ve rastro humano por ningún lado,
ni una sola edificación. El trayecto discurre por una senda estrecha, entre
vegetación, paralela a la costa, con sus subidas y bajadas acompañando la
orografía del terreno.
Una sombra mejor que un selfie |
Por un lado monte y por el otro mar. Las vastas vistas no
tienen desperdicio. En primer plano acantilados, alguna cala,… a continuación
el mar hoy tranquilo, algún barquito de pesca,… después el horizonte, la línea
recta donde se une el azul aire con el azul agua y también la línea no tan
recta donde choca el azul mar con los colores de la tierra, a veces granito, a
veces arena, a veces vegetación.
Costeando, ya queda lejos Punta Penencia y la playa de Doniños |
Hacia arriba tojo y roca |
La deshumanización del terreno pasa a abandono al llegar a
unas edificaciones militares defensivas, en su día estratégicas por la zona,
hoy abandonadas y semiderruidas.
Menudo pedazo de cañón debía haber habido aquí |
Bueno, tan abandonadas no, justo antes de llegar,
¡¡Sorprendo!! y esta es mi sorpresa, a un zorro que salía de su guarida entre
unos matorrales de tojo. Inmediatamente reculó y volvió a meterse entre el
matorral por el que había salido. Cuanto me sorprende ser yo el que sorprenda
al animal, joer, el segundo animal salvaje que veo en un día, ¡¡Esto sí que no
me lo esperaba!!. Por el camino, además de algún conejo, también oí un ruido
fuerte entre matorrales de tojo, como de moverse algún animal grande, pero no
le llegue a ver ¿jabalí?. Cualquiera que lea esto podría pensar que en esta
zona te vas tropezando con los animales: corzos, zorros,… pero no es así,
haberlo “haylos”, pero no es fácil verlos, hoy he sido afortunado.
Estas baterías costeras abandonadas son un buen lugar para
parar a hidratarse mientras se observan las vistas, desde luego, la ubicación
estratégica fue bien elegida por los militares, desde aquí se controla toda la costa,
entradas a las rías, hasta Coruña se aprecia al fondo.
Restos de acuartelamientos, al fondo Coruña |
Por todos estos montes hay bastantes edificaciones militares
de este tipo, poco más arriba hay otras baterías abandonadas y en lo más alto
del monte hay otra más a la que subiremos más tarde.
Tras la parada seguimos las flechas amarillas y moradas por
el monte, el siguiente destino es O Pieiro, una aldea con siete u ocho casas tradicionales
de piedra. En otros tiempos tenía oído que era una aldea de percebeiros, pero
ahora parece que han reconvertido el negocio a los caballos, porque se observa
cuadra en algunas de las casas.
Llegar a O Piero no fue fácil, no porque no supiera ir, que
no tiene perdida, sino porque me empeñe en seguir la ruta indicada por las
flechas amarillas/moradas y justos antes de llegar a O Piero hay una gran
pradera donde me costó trabajo encontrar la continuación de la ruta. Fui y
volví unas cuantas veces por la pradera y alrededores buscando las flechas ante
la mirada asombrada de los caballos, vacas, perros, gallos y demás animales que
había por la zona.
Caballos |
Vacas |
Cuando por fin encontré el camino correcto y sus flechas,
crucé la aldea y continué el camino indicado. Este camino es todo en ascensión.
La misma ladera salvaje de antes pero unos 100 metros más arriba, por lo que
las vistas son las mismas pero desde mayor altura.
Así subiendo, subiendo, no sin esfuerzo, se llega a lo más
alto, Monte Ventoso, en el kilómetro 14 a unos 240 metros de altitud sobre el
nivel del mar que dejamos atrás en el kilómetro 5. Desde esta altura el alcance
es mayor, por el norte la vista sobrepasa Doniños y alcanza la playa de San
Jorge y Cabo Prior. Después subir la cuesta, también apetece parar aquí, beber
y observar.
Monte Ventoso, en lo más alto, ya queda lejos la playa de Doniños y el lago |
Un poco de zoom para apreciar Cabro Prior y la playa de San Jorge |
El último kilómetro de este primer círculo del ocho es
favorable. Toca bajar hasta O Confurco, solo que el camino no es fácil, un poco
trialero, entre eucaliptos, con bastante piedra suelta.
Camino entre eucaliptos |
Por aquí no estaba el suelo como para ir descalzo |
Segundo círculo: O Confurco - Motes de Brion -Martín - San Critoval - Cariño, 10 km.
Una vez de nuevo en ASFEDRO, cruzamos la carretera, seguimos
por encima del puente sobre la vía rápida que va al puerto exterior y cogemos a
la izquierda de la carretera un camino en subida. Todavía continúan las
indicaciones amarillas/moradas.
Desde este punto, la ruta coincide con 4 kilómetros de la
senda “A PÉ POLO CHA DE BRIÓN” (a pie por la tierra de Brión) por lo que hay
algún cartel con información sobre la senda.
Cartel informativo sobr la senda |
El primer kilómetro de este segundo círculo es subida, por
camino con muchas piedras, hasta llegar a un bonito mirador natural desde donde
se ve toda la bahía, la entrada a la ría de Ferrol, a continuación la entrada a
la ría de Ares, al fondo Coruña y a la derecha, hace unos años la costa de Cabo
Prioriño, hoy el desangelado puerto exterior de Ferrol (prefiero no sacarlo en
la foto).
Desde arriba, la entrada a la ría de Ferrol y a la ría de Ares |
Refrigerio, reflexión existencial contemplando la vista y a
continuar subiendo algún kilómetro.
La cuestecita tenia tela |
Por todos estos montes se dio en el año 1800 la famosa
Batalla de Brión, cuando nosotros (los españoles) éramos “aliados” de Napoleón
(los franceses) y estábamos por tanto en guerra con los ingleses. Parece que
una gran flota inglesa de más de 100 barcos y 15.000 hombres trataron de
desembarcar por sorpresa en esa zona, pero hete aquí que los españolitos, mucho
menos numerosos pero más espabilados fueron capaces de repeler la invasión.
Si ya cuesta correr por estos montes con equipación ligera
runner, no me quiero imaginar a los soldaditos de la época con sus trajes, sus
botas, la mochila, el mosquetón,…
Otro cartel explicativo sobre la Batalla de Brión |
Toda esta zona de la parte alta del monte, en concreto el
monte de Chá, está desforestada, hay arboleda pero a lo lejos, por las
cercanías del camino solo matorral de toxo.
Encontramos algún otro cartel explicativo de la senda,
parece que también en otros tiempos remotos, cuando se practicaba el natural
running de verdad y el barefoot forzoso, hubo algún asentamiento y se han
encontrado restos.
Hay varias alternativas de caminos para correr por aquí,
pero cruzamos el monte siguiendo la ruta marcada con las flechas
amarillas/moradas dirección Brión. A lo lejos se ve Ferrol, la ría y parte del puerto.
Las marcas del Club de Montaña Ferrol |
Indicaciones en lo alto del Monte de Chá |
Desde arriba se ve a lo lejos Ferrol, la ría, el puerto |
Poco antes del kilómetro 20, dejamos la ruta marcada por las
flechas y encontramos una carretera. La cogemos no dirección Brión sino en
sentido contrario, de vuelta ya, en dirección O Espiño/ Martín/ San Cristovo/ San
Felipe.
Desde aquí hasta el final de la ruta en la playa de Cariño
ya todo es asfalto, carreteras prácticamente intransitadas que pasan por un par
de aldeas de la Galicia rural, con sus horreos, sus hortensias, y prácticamente todo en bajada.
El tradición horreo |
Lavadero de piedra con el agua que baja del monte |
Pasamos O Espiño, Martín para salir del monte y empezar a
tener de nuevo vista al mar, a la ría de Ferrol, a los barquitos, a la Coruña
enfrente… al jodido puerto.
Bajamos otra vez hacia la ría |
Mejor sin la parte derecha... Al fondo Coruña |
Llegamos a San Cristobal y no seguimos la carretera
dirección San Felipe sino que cogemos otra que sale por derecha hacia Cariño.
Seguimos bajando, carretera limpia, asfalto regular, apetece
correr un rato descalzo.
Entre eucaliptos pasamos la ermita de San Cristobal y llegamos
a las ruinas del Castillo de San Cristobal. Además de los grandes y bien
conservados castillos de San Felipe y La Palma, a lo largo de la ría hay otros
castillos o las ruinas que quedan de ellos, no tan grandes ni tan bien
conservados.
Carretera desierta entre eucaliptos |
Ya vamos bajando, ruinas del Castillo de San Cristobal |
Es hora de calzarse y continuar de nuevo el último par de
kilómetros en paralelo a la ría hasta llegar a la playa de Cariño.
Ya hemos curtido un ratito los pies |
Llegamos a destino, la playa de Cariño, como siempre a
estas horas, solitaria, tranquila, transparente. Hora de estirar las piernas y relajar
los pies un poco.
Playa de Cariño, ya estamos de vuelta |
Lo que se ven por encima y al lado del dedo son camarones |
Y después de esta vueltecita y una ducha reparadora, ahora sí
que hay que volver a la playa de Punta Penencia, dejar a las niñas a sus anchas
y subir al refugio de Lume Boo a reponer sales minerales.
Sales de Rehidratación Oral |
Ay señor, jubílame pronto!!
Menua panza jeje. lo mejor las zamburiñas y las cañicas jeje. Un saludico.
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